EE.UU.: pese al cierre del gobierno, Obama revoluciona el sistema de salud

WASHINGTON. EE.UU. La ley fue firmada en marzo de 2010 por Obama luego de que fuera aprobada por la mayoría demócrata que había entonces en ambas cámaras del Congreso.
02 oct 2013 , 08:51
Redacción

El pulso político sigue, con el gobierno cerrado pero con Obamacare funcionando.

Es irónico que el mismo día que el gobierno federal estadounidense tuvo que cerrar algunas dependencias por falta de fondos, haya entrado en vigencia la parte clave de la reforma del sistema de salud, el llamado "Obamacare", que era justo lo que los republicanos querían evitar con el pulso parlamentario que mantuvieron con los demócratas en torno al presupuesto.

 

La mayor ampliación de un programa social federal desde que en 1965 se creara el Medicaid, para dar cobertura médica a lo más pobres, compartió la atención informativa con la suerte de casi un millón de empleados que quedaron automáticamente sin sueldo.

 

El pulso político sigue, con el gobierno cerrado pero con Obamacare funcionando, porque no depende de presupuestos anuales.

 

Como el resto del sistema de atención médica para retirados y los más pobres (Medicare y Medicaid), es un derecho adquirido y por tanto goza obligatoriamente de las asignaciones de fondos necesarias, al igual que pasa con la Seguridad Social.

 

Eso hace difícil de comprender para muchos por qué la bancada republicana se empeñó en bloquear el

presupuesto federal y forzar un cierre del gobierno por primera vez en 17 años.

 

 "Este cierre no es sobre déficits. No es sobre presupuestos. Este cierre es acerca de revertir nuestros esfuerzos por proveer seguros de salud a personas que no lo tienen. Todo es sobre revertir la Ley de Cuidados de Salud Accesibles", dijo este martes el presidente Barack Obama en la Casa Blanca usando el nombre oficial de lo que se considera es su mayor legado hasta ahora.

 

La ley fue firmada en marzo de 2010 por Obama luego de que fuera aprobada por la mayoría demócrata que había entonces en ambas cámaras del Congreso.

 

Desde entonces diferentes provisiones han ido entrando en vigor y, como estaba previsto, el martes 1 de octubre de 2013 empezó a regir lo que se considera su parte clave: las "bolsas de seguros de salud" con las que se espera que unas 30 millones de personas actualmente sin seguro puedan adquirir pólizas a precios menores, o en algunos casos subsidiadas, sin las limitaciones de cobertura o edad que solía haber.

 

La clave del éxito de las nuevas bolsas de seguros dependerá de cuánta gente logre atraer, sobre todo adultos jóvenes que suelen no adquirir pólizas por considerarse sanos y es justamente el sector social en el que se concentra el esfuerzo promocional del gobierno en el semestre de enrolamiento.

 

La Oficina de Presupuestos del Congreso de EE.UU. estima que en la fase inicial del sistema de bolsas, hasta marzo de 2014, unos 7 millones de personas contrataran coberturas y que para 2016 lo harán unas 25 millones más.

 

Para marzo de 2014 todo el que pueda adquirir un seguro de salud deberá tenerlo, en caso contrario, tendrá que pagar una multa.

 

82,6% ciudadanos asegurados

50% ciudadanos cubiertos por empresas

30% cubiertos por programas oficiales

17.4% sin seguros (57 millones de personas)

 

 

Desde la promulgación de la reforma, los republicanos han intentado revertirla o al menos dejarla en suspenso, unas 43 veces con diferentes iniciativas en el Congreso. Todas han fracasado.

 

Para los republicanos la expansión del sistema de salud equivale a la expansión del gobierno y sus controles, incluyendo la creación de nuevos impuestos, algo a lo que se oponen por principio doctrinario.

 

Además, aseguran que algunas previsiones de la ley implican aumento de costos para las empresas y en algunos casos debilitan la calidad del empleo, porque muchas compañías prefieren reducir sus nóminas para evitar tener que cumplir con algunos aspectos de la reforma.

 

En el proceso de adaptación a la nueva ley, en los últimos meses varias grandes firmas han anunciado reducciones de horas de trabajo para su personal y la eliminación de seguros de la empresa para sus empleados para no caer bajo alguno de los nuevos mandatos.

 

Es previsible que los trabajadores afectados acudan ahora a las bolsas de seguro para tener cobertura médica a partir del próximo 1 de enero.

 

Con esos argumentos, en las presidenciales de 2012, el aspirante republicano Mitt Romney hizo del rechazo a la reforma sanitaria demócrata su principal punto de campaña, a la que bautizó como una "máquina de destruir empleos".

 

Sin embargo, Obama fue reelegido y por eso los demócratas repiten que la ley cuenta con el respaldo del electorado, con la legítima sanción del Congreso y con el aval de la Corte Suprema, que este año determinó que era perfectamente constitucional.

 

Los demócratas se quejan de que en algunos estados con gobernadores republicanos no se ha puesto a disposición de los ciudadanos la suficiente información para que opten por el nuevo sistema.

 

La ley no funcionará igual en todos los estados, porque la Corte Suprema hizo opcional la participación de los estados en la expansión del plan de cobertura para los pobres, el Medicaid.

 

Solo 26 gobiernos regionales se han sumado al plan para subsidiar los seguros privados para quienes ganen hasta un 33% por encima de la línea federal de pobreza (US$31.322 para familias de 4 personas), el resto son estados con gobiernos republicanos que se negaron a participar.

 

Para muchos, la frustración no pasa por el pulso político en torno a la ley que se vive en Washington o el cierre del gobierno, sino por las dificultades técnicas que experimentaron este martes cuando intentaron ingresar a los portales electrónicos donde pueden comprar los nuevos seguros.

 

En medio de la avalancha de informaciones sobre las consecuencias del cierre, algunos medios tuvieron espacio para reportar esos problemas, que muchos consideraron previsibles dado el alto tráfico registrado.

 

El propio presidente Obama los reconoció, aunque recordó que cuando recientemente Apple tuvo

dificultades con un nuevo sistema operativo, "lo solucionó" sin que alguien sugiriera que dejara de vender sus populares teléfonos iPhone o que alguien amenazara con cerrar la empresa.

 

El cierre de la administración pública desvió la mirada de lo que es la mayor ampliación de un programa social del gobierno federal estadounidense en medio siglo, un evento notable que en condiciones normales habría concentrado la cobertura periodística de la jornada.

 

Aunque vistas las complicaciones técnicas del estreno del sistema, quizá haya sido conveniente que la atención de buena parte del público estuviera copada por las preocupaciones en torno al cierre del gobierno.

 

Sin duda que, en condiciones normales, la noticia del día habrían sido esas dificultades en el acceso a los sitios web de las bolsas de seguros.

 

Aunque se trata de un problema técnico que con seguridad se solucionará en los próximos días, habría generado una andanada de críticas –sobre todo en medios de tendencia conservadora, como Fox News- sobre la supuesta falta de preparación del nuevo sistema.

 

Así que de alguna manera, el bloqueo político entre republicanos y demócratas en el Congreso, aunque pone en riesgo el crecimiento del país y las economías familiares de millones de estadounidenses, terminó haciéndole un favor a la reputación inmediata de Obamacare.

 

 

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