Derrumbe en Papúa Nueva Guinea espera más de 2 000 de personas enterradas
Más de 2 000 personas quedaron enterradas por un deslizamiento de tierra que devastó el viernes una localidad en el norte de Papúa Nueva Guinea, según el Centro Nacional de Desastres. Las tareas de rescate se enfrentan a la inestabilidad del terreno y al difícil acceso a la región.
El desastre ocurrió cerca de la mina de oro Porgera, en la provincia de Enga, al norte del país, el viernes a las 3 de la madrugada. El derrumbe destruyó edificios, jardines y bloqueó la principal carretera de acceso a la mina de Porgera, afectando significativamente el sustento económico local.
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El derrumbe de una montaña, por causas aún desconocidas, impactó sobre el poblado de Kaokalam, situado a unos 600 kilómetros de la capital, Port Moresby. La situación sigue siendo inestable debido al deslizamiento continuo de tierra, lo que representa un peligro tanto para los equipos de rescate como para los supervivientes.
A pesar de las dificultades, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha proporcionado asistencia médica a seis supervivientes, incluido un niño. Los esfuerzos para encontrar a los desaparecidos continúan, con el Ministerio de Defensa liderando el operativo de rescate junto a autoridades locales, provinciales, el Centro Nacional de Desastres y organizaciones internacionales.
El deslizamiento afectó a una zona habilitada por más de 4 000 personas, según el Ministerio de Defensa. Las autoridades locales creen que el número de afectados podría ser mayor debido a la presencia de desplazados por conflictos tribales cercanos.
Unicef estima que del total de impactados, 1 550 son niños, con un colegio de la zona completamente dañado y varios huérfanos heridos.
La ONU ha destacado la dificultad de determinar con exactitud el número de víctimas debido a la inestabilidad del terreno, el difícil acceso y los problemas de comunicación. Un portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) comentó que las posibilidades de salvar las vidas entre seis y ocho metros de profundidad son bajas.
El Centro Nacional de Desastres estima que 2 000 personas están enterradas bajo el derrumbe, aunque la OIM, con seis trabajadores en el área, había estimado previamente 670. Además, alrededor de 1 000 personas han sido desplazadas.
La Oficina de Coordinación de la ONU en Papúa Nueva Guinea está ayudando a establecer centros de evacuación para los afectados. La región afectada es propensa a lluvias intensas e inundaciones, y los desprendimientos son comunes.
A pesar de la riqueza en recursos naturales, gran parte de los habitantes vive en extrema pobreza y aislada debido a la falta de infraestructura y comunicaciones.
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La tragedia coincide con una crisis política en Papúa Nueva Guinea, donde el primer ministro James Marape podría enfrentar una moción de confianza tras la deserción de 18 diputados a su formación.
Papúa Nueva Guinea se encuentra en el Anillo del Fuego del Pacífico, una zona de intensa actividad sísmica y volcánica, que experimenta al rededor de 7 000 temblores al año, la mayoría moderados