Cinco cosas que cambiarán con el fin de la patente de Viagra

Cinco cosas que cambiarán con el fin de la patente de Viagra
21 jun 2013 , 07:20
Redacción

La píldora azul deja de ser exclusividad de la farmacéutica Pfizer.

Se termina una era de dominio para Pfizer. La píldora azul que los lanzó al estrellato deja de ser exclusividad de esta farmacéutica. El Sildenafil –nombre genérico del Viagra- pasa a ser de dominio público.

 

¿La razón? A partir de este viernes, Pfizer pierde la patente de la pastilla que revolucionó al mundo a finales de los 90. Sólo le quedará Estados Unidos como bastión, donde disfrutará de su poderío hasta el 2020.

 

Para muchos expertos, la aparición del Viagra ha sido tan importante para el hombre como lo fue la píldora anticonceptiva para la emancipación de la mujer.

 

Hombres mayores de 60 años han vivido una "segunda juventud sexual". Mientras que jóvenes la han probado a fin de potenciar sus habilidades.

 

Ahora que se acaba la patente de Viagra y entra en la ecuación de la venta de genéricos de esta poderosa pastilla azul, ¿se abrirá un nuevo capítulo en la sexualidad moderna?

 

A continuación exploramos cinco aspectos relacionados con el medicamento que podrían cambiar, o quedar inalterados desde este viernes.

 

Un estudio realizado años después de la salida al mercado de Viagra por especialistas del departamento de Urología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, estimó que para el 2025 habrá unos 322 millones de hombres con disfunción eréctil.

 

"El mayor crecimiento proyectado será en el mundo en desarrollo: Africa, Asia y Latinoamérica", dice el ensayo publicado entonces en el Journal of the British Association of Urological Surgeons.

 

Esto se traduce en muchos récipes médicos. "Y la competencia será económica", le dice a BBC Mundo María Fernanda Peraza, uróloga venezolana experta en la salud sexual masculina y femenina.

 

"Uno prescribe el medicamento que sabe que le va a funcionar mejor al paciente", continúa. "Pero a partir de ahora, el paciente va a

preferir comprar el más económico".

 

La doctora Peraza considera que los pacientes que ya utilizan medicamentos inhibidores –Viagra y su competencia, Cialis y Levitra-, por lo general, se mantendrán fieles al producto que ya conocen.

 

"Al que sólo le funciona uno de los fármacos se quedará con ese, pero quien responde con los dos, preferirá ahorrar dinero y comprar el genérico", agrega.

 

"Mira, hasta el diseño es igual, un rombo azul con las puntas redondeadas", dice un vendedor de genéricos en España que prefiere no dar su nombre.

"Un genérico es lo mismo que la marca, Viagra es Sildenafil y es así como lo vamos a sacar", señala.

 

María Fernanda Peraza prefiere no poner las manos en el fuego.

 

"Todavía no podemos estar seguros de su efectividad", aclara. "Eso es muy subjetivo. Es de aquí a un año que se podrá empezar a valorar por la experiencia clínica".

 

Sin embargo, estudios respaldan las posición del vendedor. La literatura científica indica que un genérico es lo mismo que la marca.

 

¿La diferencia? Muchísimo más económico. Mientras que el Viagra de Pfizer cuesta alrededor de US$10 la pastilla, el genérico podrá salir a la venta por un precio tan barato como US$1 la unidad.

 

 

"Se producirá una masificación del producto. Estás facilitando acceso tanto a una población con demanda, porque tiene disfunción eréctil, como a probadores novatos y más jóvenes", dice la doctora Peraza.

 

"Esperamos que haya más venta porque habrá más capacidad para comprarlo", le explica a BBC Mundo la farmaceuta Mireia Romans, con un negocio en Barcelona, España.

 

Romans cuenta que ya muchos jóvenes adquieren la pastilla, sólo que a un alto precio.

 

"Nos ha pasado que como regalo de 18 años compran Viagra 'para que pases una buena noche'", cuenta.

 

A Romans las empresas de genéricos ya le han ofrecido Sildenafil. Sin embargo, por lo pronto su prioridad es salir del stock que tiene de Viagra antes de que se abaraten los costos.

 

La presión no viene de los nuevos productos genéricos sino de la misma Pfizer, que lanzará su propia versión de precio reducido a fin de retener una cuota de su mercado.

 

Lo que está en juego es mucho, pues en 2011 Viagra fue el sexto medicamento más vendido de esta empresa estadounidense, con ingresos de más de US$2.000 millones en todo el mundo.

 

Pfizer ya sabe lo que es perder una patente. Cuando hace dos años perdió los derechos de Lipitor, un fármaco para el colesterol, también dejó de percibir casi la mitad. Las ventas cayeron de US$9.600 millones a US$3.600 millones.

 

Tanto el Viagra como su competencia, Cialis y Levitra, se venden en la mayoría de los países con receta médica en la farmacia.

 

Aunque en internet la oferta es feroz. Tanto, que hace poco Pfizer decidió vender su producto en la red para contrarrestar el mercado

negro.

 

Con la salida de genéricos, se espera que el mercado negro de la pastilla azul se vea seriamente afectado.

 

Con la salida de Viagra en 1998, el mundo experimentó –o para ser más específica, la población masculina de la tercera edad- una especia de destape sexual.

 

La medicina sexual vivió un despertar. Viagra fue el primer medicamento que se publicitó directamente al consumidor.

 

Para Meika Loe, socióloga y antropóloga de la Universidad Colgate, del estado de Nueva York, en EE.UU. y autora del libro "The rise of

Viagra", este boom sexual se debe a que "vivimos en una época cultural en que se enfatiza el sagrado triunvirato de juventud, vitalidad y rendimiento".

 

"Pfizer ha ayudado a reforzar estas idead tradicionales, y no tan tradicionales, con Viagra", le dijo al sitio en internet About.com. "Ha sido fascinante ver lo exitoso que ha sido aquí (EE.UU.) como en todo el mundo ese mensaje de juventud, vitalidad y rendimiento".

 

No obstante, Loe considera que esa explosión sexual fue a un nivel interno. Más allá de las personalidade que, como parte del mercado del producto, han reconocido tomar la pastilla –Pelé, Michael Douglas y Jack Nicholson, entre ellos- en el mundo real son más los casos de gente que conoce a "un amigo" que la ha probado que el número de quienes están dispuestos a hablar abiertamente de que la usan.

 

"Me hubiera gustado ver una explosión de gente comunicándose sobre la sexualidad", apuntó la especialista. "Pero en nuestra cultura de 'una pastilla para todo', tendemos dejar que una píldora haga todo el trabajo".

 

Quizás una masificación del producto produzca un diálogo más abierto sobre las disfunción eréctil y las implicaciones en la relación de pareja.

 

Tras revisar una buena cantidad de artículos sobre cómo Viagra ha cambiado la vida de la mujer, sólo se puede llegar a una conclusión ambivalente.

 

Hay mujeres que agradecen tanto como sus parejas la aparición de esta píldora azul, mientras que otras se quejan de una profundización de los problemas de pareja.

 

Y es que la sexualidad de la mujer es muy distinta a la del hombre. En el caso de las chicas la líbido juega un papel esencial, mientras que en los hombres buena parte es cuestión de dureza.

 

"Viagra no es para el deseo sexual", aclara la doctora Peraza. "Están indicados solamente para la disfunción eréctil y con la mujer –en el área sexual- no hay ninguna medicación específica".

 

La especialista considera que parte de la situación (o problema, según se mire) radica en que vivimos en una sociedad "penelizada".

 

"Es una cuestión social y cultural. Al varón desde pequeño se le aplaude el pene, y cuando tienen disfunción eréctil se les cae la vida, porque todo gira en función de penetrar".

 

"Entonces -continúa Peraza-, tener una erección les devuelve la masculinidad, aumenta la seguridad y la autoestima".

 

El problema es que ese "rejuvenecer" ocurre en una etapa en que la mujer puede estar pasando por la menopausia y se puede perder aún más la sincronía en la relación de pareja.

 

Con la entrada de genéricos, será más importante que nunca incluir a la mujer en la ecuación.

 

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