"Chalecos amarillos" denuncian violencia policial
Heridos en marchas anteriores acudieron con vendas para alzarse contra gobierno francés.
En plena polémica por el uso policial de proyectiles de goma, los volvieron por miles a las calles este sábado 2 de febrero de 2019 en Francia, en su 1, marcada de nuevo por incidentes en París.
La capital francesa fue el marco de un desfile diferente, una "gran marcha de los heridos", con víctimas de la violencia durante protestas anteriores y manifestantes que acudieron con parches, vendas y los rostros pintados de rojo para simbolizar su protesta.
A las 14H00 (13H00 GMT) el , una movilización inferior a los 22.000 del sábado anterior, aunque los "chalecos amarillos" contestan a cada ocasión esas cifras oficiales.
El Consejo de Estado, la máxima jurisdicción administrativa francesa, dictaminó el viernes que
En respuesta se organizó un llamamiento en las redes sociales para que la nueva protesta de los "chalecos amarillos", un movimiento heterogéneo contra la política económica y social del gobierno de , se basara esta vez en la "violencia policial".
"Para acabar con la fuerza desmesurada que impone el gobierno para hacer callar la protesta", se instó a los manifestantes a acudir con "parches en un ojo, vendas, pintar de rojo los chalecos amarillos como si fuera sangre", según mensajes lanzados en Facebook.
Según un grupo autodenominado 20 personas han sufrido heridas oculares desde el 17 de noviembre por el uso de las LBD. Los "chalecos amarillos" también protestan por el uso de granadas ensordecedoras.
"Es intolerable, inaceptable. Son heridas que mutilan, que destruyen vidas, a pesar de que somos pacifistas" explicó Antonio, uno de los convocantes de la marcha de París, que se presentó también como víctima de una granada ensordecedora.
La marcha de París movilizaba a la gran mayoría de "chalecos amarillos", , entre ellos la AFP, y 10.500 según la prefectura de policía.
A pesar del llamado a mostrar una actitud pacífica, rápidamente estallaron incidentes en la plaza de la República, lugar de llegada de la manifestación, constató una periodista de la AFP.
Un centenar de encapuchados lanzaron proyectiles contra los antidisturbios, que respondieron con gases lacrimógenos, un camión con mangueras de agua y cargas.
En Valence (centro-este) se congregaron poco más de 5.000 personas, según la prefectura.
El presidente Emmanuel Macron acudió a esa localidad la semana pasada para el "gran debate nacional", una consulta lanzada por el gobierno con la esperanza de calmar la crisis, pero que numerosos manifestantes consideran pensada para enterrar sus reivindicaciones.
Las armas con proyectiles de goma ya fueron utilizadas más de , y su utilización contra los manifestantes provocó graves heridas, incluyendo las sufridas por Jérôme Rodrigues, un miembro destacado de los "chalecos amarillos".
Rodrigues era uno de los manifestantes que encabezaba la marcha este sábado, y fue ovacionado al ser reconocido en la multitud.
"Es chocante ver las armas que (los agentes de policía) utilizan", dijo a la prensa un joven que se identificó como Gerald.
En la manifestación también era posible ver un enorme caleidoscopio que mostraba rostros tumefactos por la represión policial.
La Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) abrió 116 investigaciones, según una fuente policial, diez de las cuales sobre heridas graves en los ojos. En total, las autoridades registraron más de 1.900 heridos entre los manifestantes y más de 1.200 entre las fuerzas de seguridad.
Ante la controversia, el ministro de Interior admitió el viernes que este arma, llamada intermediaria,
"Si no hubiera tiendas saqueadas, barricadas, coches incendiados, edificios públicos destrozados [...], si se respetara la ley, simplemente, no habría heridos", consideró el ministro de Interior, Christophe Castaner, prometiendo un dispositivo policial "potente" para este sábado.
El pasado sábado, según el ministerio de Interior, la protesta reunió a 69.000 en todo el territorio nacional, contra 84.000 el 19 de enero.
También se preveían manifestaciones en el suroeste, en Burdeos y en Toulouse, donde protestas anteriores quedaron empañadas por incidentes con las fuerzas de seguridad.
La policía de Toulouse ha abierto una "investigación administrativa" tras la publicación de un video en el que se escucha a unos policías comentando una manifestación de "chalecos amarillos", considerando que hay que "disparar".
En el viejo puerto de Marsella (sur), se iba a levantar un "muro de la vergüenza" en recuerdo de las 14 personas muertas (11 en Francia y 3 en Bélgica) accidentalmente desde que empezara el movimiento.