Cada vez menos, pero claves: los respaldos internacionales a Nicolás Maduro
El gobierno socialista de Caracas ha sumado condenas internacionales.
A la par de la profundización de la crisis económica y política en el país, el gobierno socialista de Caracas ha sumado condenas internacionales.
A pesar de todo, varios países conservan intereses políticos o económicos que los llevan a respaldar, con diferentes matices y grados de compromiso, a un dirigente controvertido.
En una América Latina que ha virado hacia la derecha, .
Ellos "son los que cierran filas" con Caracas, explica a la AFP Anna Ayuso, investigadora para América Latina del centro de reflexión CIDOB con sede en Barcelona, .
Otros "hallan difícil romper con el legado de Hugo Chávez (antecesor de Maduro) que les dio los subsidios de Petrocaribe", con el que Venezuela provee petróleo a precios preferenciales a una quincena de países centroamericanos y caribeños, señala Paul Hare, exembajador británico en La Habana y profesor de la Universidad de Boston.
Esto último explica que la Organización de Estados Americanos, donde cada uno de los 34 países miembros tiene voto, ha sido incapaz de adoptar medidas -rechazadas por Caracas como injerencia- para buscar una salida a la crisis en Venezuela, como por ejemplo a través de un grupo mediador.
Fuera de la región, , dos países tradicionalmente opuestos a apoyar sanciones internacionales, con capacidad de veto en el consejo de seguridad de la ONU.
Ambas tienen "intereses financieros o estratégicos" en Venezuela, recuerda Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano en Washington.
Con vínculos estrechados sobre todo bajo el gobierno de Chávez (1998-2013), Pekín y Moscú han hecho grandes inversiones en el sector petrolero venezolano.
Además desde 2006, cuando Estados Unidos prohibió la venta y transferencia de armamento y tecnología militar norteamericana a Venezuela, Caracas recurrió a Rusia y China.
Rusia, cuyo presidente Vladimir Putin considera a Venezuela un "socio estratégico clave", criticó a la oposición venezolana por "perturbar" las elecciones de la Asamblea Constituyente impulsada por Maduro para redactar una nueva Carta Magna, pero criticada por la oposición como un intento de instaurar una "dictadura comunista".
"El apoyo clave es el de China, que tiene inversiones de más de 60.000 millones de dólares y es el que ha proporcionado créditos a cambio de petróleo y concesiones mineras", dijo Anna Ayuso. "Hoy quien garantiza sus inversiones es Maduro", señala.
Otro aliado del mandatario es Irán, que ha mostrado su apoyo a la Constituyente, aun cuando los lazos políticos no son tan fuertes como bajo los gobiernos de Chávez y Mahmud Ahmadinejad (2005-2013).
De su lado, la Unión Europea anunció que sus 28 Estados miembro no reconocerán la Constituyente, tras una reunión en Bruselas en la que a falta de consenso, se evitó debatir posibles sanciones "selectivas" contra los responsables de la crisis, promovidas sobre todo por España.
En la región, los "más contrarios a la imposición de sanciones son Portugal y Grecia", señaló Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano en Madrid.
Ambos gobiernos desmintieron haber vetado sanciones, aclarando que la UE aún no ha discutido al respecto.
De todas maneras, Lisboa "siempre definirá su posición" priorizando el bienestar del medio millón de portugueses que vive en Venezuela y "no hará nada" que pueda afectarlos, según su ministro de Exteriores.
Cuando se debata sobre sanciones, "la posición griega será conocida" dijo a la AFP una fuente diplomática de ese país, cuyo partido gobernante, Syriza, mostró en el pasado simpatía por el gobierno chavista.
Dependerá de la situación interna de Venezuela, sacudida desde hace cuatro meses por manifestaciones opositoras que han dejado más de 125 muertos, estiman los analistas.
"Es completamente concebible que si la Constituyente genera más caos y represión, el gobierno de Maduro puede perder aún más amigos", agregó Shifter.
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