La batalla por la reencarnación del Dalai Lama
Durante siglos, el título de Dalai Lama ha sido ejercido por sus "reencarnaciones".
Es quizás uno de los asuntos políticos más sensibles en China: ¿quién tiene autoridad en Tíbet?
Muchos tibetanos veneran al Dalai Lama y apoyan su objetivo de tener una mayor autonomía de Pekín.
Pero para los gobernantes, el exiliado líder espiritual es un traidor.
Durante siglos, el título de Dalai Lama ha sido ejercido por sus "reencarnaciones".
El actual, el número 14, cumplirá 80 años este año, y Pekín quiere controlar el proceso de encontrar a su sucesor, el número 15.
Sin embargo, el Dalai Lama ha dicho que su rol terminará algún día. Es mejor no tener una Dalai Lama que tener "uno estúpido".
¿Entonces, se reencarnará o no?
Cuatro expertos en esta materia ofrecieron su sus diferentes visiones a BBC Mundo.
"Yo genuinamente no sé (si se reencarnará o no). El budismo tibetano cree que todo el mundo renace, pero no todos pueden elegir cómo y cuándo.
Los lamas –importantes figuras religiosas– pueden determinar primero si se reencarnan o no y, si lo hacen, dónde volverán a nacer.
El Dalai Lama ha dicho que el número 15º nacerá fuera del Tibet.
La presente encarnación, el actual Dalai Lama, puede decidir. El renacimiento es su opción.
Primero, él consultará al pueblo tibetano y a otros seguidores del budismo tibetano para saber si creen que debe existir un Dalai Lama número 15.
Si la decisión es 'Sí', entonces dará instrucciones claras sobre el proceso, de tal manera que no haya ambigüedad, para que el proceso de reencarnación no sea manipulado o abusado por nadie para sus intereses personales o políticos.
Los chinos y el Partido Comunista han establecido sistemas en los que la reencarnaciones como la de su santidad el Dalai Lama deben ser reconocidas y aprobadas por el partido.
Quizás piensan que si eligen su propio 15º Dalia Lama, de alguna manera esa autoridad será transferida al lama que elijan.
Su santidad ha dicho que el 15º nacerá fuera del Tibet, fuera de China, porque este 15º Dalai Lama deberá continuar el trabajo del actual.
Si no hay una genuina libertad religiosa dentro del Tíbet, entonces será muy difícil continuar ese trabajo".
"Yo creo que se mantendrá la tradición y que el Dalai Lama se reencarnará.
El actual Dalai Lama tiene un papel en la reencarnación, pero yo creo que ese rol no debe exagerarse.
Por ejemplo, él no puede interrumpir la tradición individualmente.
Es una tradición de hace siglos.
El Dalai Lama pide la independencia de Tíbet con respecto a China.
El tema de la soberanía es el asunto número uno detrás de todas las diferencias y disputas.
Así que de hecho no es la pelea de China con el Dalai Lama.
No es sobre libertad religiosa.
Es sobre soberanía: si el Tíbet debe permanecer como una parte de China o no.
Cuando él habla de la reencarnación, mucha gente en China cree que el Dalai Lama está jugando un juego político.
El 14º Dalai Lama y la gente que lo rodea que pide la independencia del Tíbet han hecho del tema de la reencarnación, de algún modo, un tema político.
Él no usa la palabra 'independencia', dice la 'máxima autonomía', pero los oídos de la gente aquí en China, cuando ven las demandas específicas del Dalai Lama, creen que detrás de esas palabras realmente quiere decir 'independencia'. Así que ese es el problema.
Al gobierno le preocupa la estabilidad en Tíbet porque creemos que nuestras experiencias han mostrado que sin estabilidad no puedes tener desarrollo económico, mejora de la calidad de vida.
Si se sigue la tradición (de la reencarnación), y la gente ve que esta tradición sigue allí, yo creo que eso contribuirá a la estabilidad en Tíbet".
El lugar ideal para que nazca el próximo Dalai Lama es en los Himalayas, dice un experto.
"Tradicionalmente, al menos en los últimos 200 años, ha habido un papel de las dos partes en este proceso.
Lo que está pasando ahora en China es que en lugar de solo confirmar la decisión tomada por los lamas sobre qué niño es una reencarnación, ahora el Partido Comunista dice que quiere decidir si un lama se reencarna o no e incluso a veces decir qué niño se elige.
En 1995, el Dalai Lama nombró a un niño de 6 años como la reencarnación del segundo líder más importante en el budismo tibetano, el Panchen Lama. Pero fue apartado y escondido por las autoridades chinas y reemplazado por otro niño de su elección.
Forzaron a los tibetanos a venerar a un niño como el 11º Panchen Lama, cuando es casi una certeza que ningún tibetano realmente cree en sea el 11º Panchen Lama.
Este es uno de los temas más fascinantes en toda la historia: nadie en el Partido Comunista parece haber considerado la posibilidad de gobernar a los tibetanos sin un lama que sea su intermediario.
Esto parece provenir de la idea que asume que porque los tibetanos suelen ser religiosos, no son por lo tanto susceptibles de los argumentos racionales sobre lo maravilloso que es el comunismo y entonces hay que persuadirlos a través de la religión.
Por lo tanto, han invertido enormes recursos para tratar de encontrar un lama anodino.
Hacen películas sobre el lama que apoyaba al partido en los años 30, hicieron una serie de TV sobre otro lama que era seguidor del Partido Comunista y luego tratan de desarrollar a estos niños que luego serán sus partidarios.
La tradición de la reencarnación dura siglos.
Cada vez que lo han intentado han fracasado. Los niños, cuando han crecido y son adultos, o se fueron a India y se unieron al Dalai Lama o se convirtieron en críticos del Partido Comunista desde dentro del sistema.
Yo creo que tenemos que ver todo esto como una negociación de ambos lados. El Dalai Lama hace estas declaraciones filosóficas especulativas de 'puede ser que regrese o puede que no, puede que regrese como una mujer'.
Este es su método normal como maestro de budismo para hacer pensar a la gente. Pero también es un movimiento de negociación con los chinos para mostrarles que se han puesto en ridículo al reclamar que pueden arbitrar sobre materias como religión y reencarnación.
Este Dalai Lama ha sido tan efectivo como líder religioso, incluso más que como político, que habrá una gran fuerza entre sus seguidores para que regrese. Es muy probable que eso ocurra".
"No tiene alternativa. La reencarnación del lama es una institución política.
Tendrá que ser la elección del gobierno en el exilio del Tíbet y del pueblo tibetano.
China tendrá su candidato, y puedes estar 100% seguro que lo tendrá.
Pekín quiere controlar el proceso de encontrar al sucesor.
Elegirán a cualquier niño tibetano de apariencia tierna y lo mostrarán aquí y allá y dirán ‘este es el Dalai Lama’.
Si no tenemos nuestros propio candidato budista tibetano, entonces ganarán.
Podrían hacerle repetir sus políticias de partido, diciendo 'el presidente Xi Jinping es una persona maravillosa', que los tibetanos no deben aspirar a ninguna clase de libertad de expresión ni independencia, que deben ser buenos chinos y renunciar a todas sus aspiraciones.
El lugar ideal para que nazca el próximo Dalai Lama es en los Himalayas, en el lado indio de la frontera, donde la gente es étnicamente tibetana, donde hay budistas tibetanos y son muy leales al Dalai Lama, al mundo espiritual tibetano.
Así que si nace allí, implicará al gobierno de India. Estarán obligados a protegerlo.
Ciertamente se acerca una revolución al Tíbet. Hemos tenido una serie de levantamientos desde los años 80, y eso está culminando ahora. No puedo predecir qué pasará, cuándo pasará, pero yo sé, es una intuición – y se puede observar en la progresión de revueltas y actos de oposición a China- que viene una gran revolución".