La barrera invisible del Ecuador: ¿Por qué los huracanes no cruzan la línea ecuatorial?
Cada año, entre mayo y octubre, la temporada de huracanes trae consigo ciclones de gran magnitud tanto en el Atlántico como en el Pacífico. Estos sistemas climáticos, conocidos por sus potentes vientos y lluvias torrenciales, nacen sobre las aguas cálidas de los océanos cuando la temperatura supera los 26,5 °C.
Durante el 2024, huracanes como Gilma y John en el Pacífico, y Beryl, Helene, Kirk y Milton en el Atlántico, han causado estragos en diversas regiones, con algunos alcanzando hasta la categoría 5. Sin embargo, a pesar de su destructiva potencia, ningún huracán ha cruzado jamás la línea ecuatorial.
Lea: VIDEO | Huracán Milton: así se ve desde la Estación Espacial Internacional
La razón de esta aparente “imposibilidad geográfica” radica en el fenómeno de la fuerza de Coriolis, una consecuencia de la rotación terrestre que es fundamental en la formación de los huracanes.
La fuerza de Coriolis: el motor de los huracanes
La fuerza de Coriolis es la responsable de desviar el movimiento de los vientos en ambos hemisferios: hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur. Esta desviación es lo que le otorga a los huracanes su característica estructura en espiral.
Sin embargo, a medida que nos acercamos al ecuador, este fenómeno pierde fuerza. En la línea ecuatorial, la velocidad angular de la Tierra es máxima, pero la influencia de Coriolis es prácticamente inexistente, lo que impide que los vientos comiencen a rotar en espiral.
Lea: Un año de la guerra Hamás-Israel: 42 mil palestinos han muerto en Gaza
Aunque las condiciones de temperatura y humedad en la zona ecuatorial podrían ser propicias para la formación de tormentas, la ausencia de Coriolis evita que los vientos se organicen en un ciclón y que el sistema forme el clásico “ojo del huracán”. Sin esta rotación, el huracán no puede sostenerse y se desintegra antes de cruzar el ecuador.
La zona de convergencia intertropical y los patrones de viento
Otro factor que impide el cruce de los huracanes por el ecuador es la presencia de la zona de convergencia intertropical (ZCIT), una región cercana al ecuador donde los vientos alisios del hemisferio norte y del hemisferio sur se encuentran.
En esta zona, las tormentas y lluvias son comunes, pero la debilidad de los vientos y la falta de fuerza de Coriolis no favorecen la formación de ciclones tropicales.
Los huracanes que se aproximan a esta región comienzan a perder fuerza, ya que la estructura en espiral que los define no puede sostenerse.
Además, las corrientes de viento subtropicales, conocidas como “corrientes en chorro”, actúan como barreras naturales para los ciclones, desviándolos y evitando que se acerquen al ecuador.
Estas corrientes bloquean el avance de los huracanes, reforzando el hecho de que los ciclones no puedan atravesar esta línea divisoria entre hemisferios.
Lea: El secretario de Seguridad de México afirma que el alcalde decapitado no pidió protección
¿Qué ocurriría si un huracán intentara cruzar la línea ecuatorial?
En el hipotético caso de que un huracán se dirigiera hacia el ecuador, su estructura se debilitaría progresivamente. La falta de rotación por la ausencia de Coriolis y la influencia de los patrones de viento tanto del hemisferio norte como del sur causarían su rápida desintegración. Los vientos que normalmente sostienen su estructura colapsarían, y el huracán perdería su capacidad de mantener la clásica circulación que lo define.