Así se vivió el carnaval de Río de Janeiro: garotas, carros alegóricos y danzantes
Las críticas a la censura, al racismo y a la discriminación en Brasil destacaron el domingo, 19 de febrero, en el primer día de desfiles de las "escolas" de samba del Grupo Especial del carnaval de Río de Janeiro.
La "escola" Salgueiro dedicó su desfile por los 700 metros del sambódromo a la defensa de la libertad de expresión y del derecho de la población pobre de aprovechar el carnaval para denunciar sus sufrimientos, mientras que Mangueira, la última en presentarse, destacó en su desfile la resistencia, aún hoy, de los diferentes grupos africanos sometidos a la esclavitud en Brasil.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ya había anticipado que esta sería una fiesta con tono político y el "carnaval de la democracia", pues el país garantizó su derecho a seguir disfrutando del carnaval gracias al fracaso del intento de golpe de Estado del 8 de enero contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Salgueiro, popular agrupación nacida en una favela del barrio Tijuca, aprovechó una canción en homenaje a Joazinho Trinta, un histórico director artístico de una de estas compañía de samba que se caracterizó por desfiles con fuertes críticas sociales que llegaron a ser vetados, para lanzar un grito contra la censura.
El grupo recordó principalmente un histórico desfile en el que Trinta tuvo que cubrir con una lona negra un gigantesca reproducción del Cristo Redentor de Río de Janeiro rodeado de ratas y buitres por un veto impuesto por la Iglesia católica.
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Lo prohibido es prohibir", cantó en el sambódromo Salgueiro, que también exaltó el derecho de "los excluidos de liberar sus dolores" y pidió el fin de "la violencia, la opresión y la intolerancia".
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La agrupación también gritó contra las diferentes formas de discriminación; incluyó entre sus bailarines a un grupo representando a la población LGBT ansiosa por vivir en paz, y recordó en la letra de su samba que, "ante el interés de los que quieren juzgar, si cada uno tiene su forma de ser, lo mejor es convivir sin prejuicios".
"En mi sueño de rey, quiero tiempo de paz. Guerra, hambre y desgracias nunca más", cantó la agrupación durante un desfile en que presentó primero el infierno y después la redención gracias a la capacidad del carnaval para permitir el desahogo del pueblo.