10 cosas que probablemente no sabía del oído
El tamaño, la función de la cera y escuchar el sonido del mar a través de un caparazón son algunas.
La anatomía humana es, sin dudas, una cajita de sorpresas. A continuación, le presentamos 10 cosas que tal vez desconocía sobre uno de los órganos y sentidos más importantes: el oído:
Aunque quizá es algo extraña, la singular forma del oído externo ayuda a percibir y conducir hasta el tímpano los sonidos que se producen a nuestro alrededor.
¿A quién no le gustaría tener un amplificador? Bueno, en realidad, todos tenemos tres en nuestro oído: el martillo, el yunque y el estribo. Estos tres huesos son amplificadores de ondas sonoras, con todo y que el estribo es el hueso más pequeño del cuerpo humano.
Entran como sonido y llegan al cerebro como impulsos eléctricos. El encargado de hacer esto es la cóclea o caracol, que está llena de un líquido que las ondas sonoras mueven y cuyo movimiento es capturado por las células sensoriales que transforman esta vibración en un impulso nervioso que se envía al cerebro.
Aparte de poseer el hueso más pequeño, el oído interno tiene un protector bastante fuerte: el hueso temporal. Este es el hueso más duro del cuerpo humano.
Generalmente es relacionada con la suciedad, pero tiene una función importante, la cera protege al oído de la suciedad y el polvo, y lo protege de algunas bacterias y hongos. Y si huele mal es porque así puede cumplir su función de alejar a los insectos de entrar en el oído. Claro que lo excesos siempre son malos, si es demasiada puede presionar el tímpano o tapar el conducto auditivo externo, perjudicando la audición.
Es pequeño, pero es el encargado de equilibrar nuestro cuerpo. Dentro de él hay unos canales semicirculares que poseen células que detectan cada cambio de posición de la cabeza e informan al cerebro.
No es una persona, sino el encargado de equilibrar la presión en el oído medio. Se oye chistoso, pero la trompa de Eustaquio es la que nos alerta cuando tenemos que destapar nuestros oídos.
Cada uno es especialista en diversos sonidos, el derecho para escuchar a otras personas y el izquierdo para la música. O al menos eso piensan algunos especialistas.
Junto con la nariz, las orejas nunca dejan de crecer. Así que es un hecho que de viejito estará más orejón.
Seguro se ha puesto un caparazón de caracol marino y ha escuchado el mar, bueno eso es lo que dicen que se oye. Pero no es cierto, se trata de los mismos sonidos del ambiente que se distorsionan y cambian su frecuencia por la forma del caparazón.