Una década de derrames petroleros en Ecuador: el 80% en manos del Estado
Un fuerte olor levantó a Juan Licuy, líder de la comunidad Sardinas, ubicada en la provincia de Orellana, el pasado sábado 29 de enero. "Llegó a las casas porque vivimos cerca de la orilla, es como tóxico, un olor fuertísimo por eso acudimos al río para ver qué pasaba", cuenta.
Lo que vieron era conocido: manchas negras pintaban el agua y las rocas. Es que el día anterior, en el sector de Piedra Fina, 6.300 barriles de petróleo se derramaron, tras la rotura de una tubería del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP).
Este nuevo derrame engrosa la larga lista de la última década. Desde 2012 a mayo de 2021 se han registrado 1.213 derrames petroleros en Ecuador, según datos entregados por el Ministerio de Ambiente a Ecuavisa.com a través de un pedido de información. Lo que significa que, en promedio, ocurren 10 derrames por mes en el país.
ZONA DE RIESGO
Pese a que la información entregada por Ambiente no detalla la cantidad de petróleo derramado en la última década, como fue solicitado, sí específica los bloques donde estos ocurrieron.
"Vivir en esta zona es vivir en constante peligro", describe Ivonne Macías, miembro del Comité de Derechos Humanos del cantón de Shushufindi, donde está ubicado el Bloque 57, operado por Petroecuador, antes Petroamazonas. Allí se concentra la mayor cantidad de derrames a nivel nacional: 333 accidentes desde 2012.
Macías quien vive en Shushufindi desde 1976 ha presenciado el aumento de derrames en la zona. Da un ejemplo: En 2020 entre febrero y noviembre, señala, solo en la comunidad 18 de Noviembre, se registraron 27 derrames.
"Son frecuentes porque hay tubería obsoleta y de mala calidad, las cambian y se vuelven a romper por la presión del petróleo", expone. Reitera la tesis Tarsicio Granizo, director de WWF Ecuador y exministro de Ambiente, asegura que en la Amazonía “la mayor parte de derrames se deben a problemas de tuberías rotas”.
La contaminación impera en el lugar. Es que la planta matriz del bloque 57 está ubicado a casi 200 metros de la zona urbana, dice Macías, por eso, "la gente que vive aquí (alrededor de 60.000 personas) vive con todo contaminado: el agua, el suelo, los productos salen dañados y están enfermos con diferentes tipos de cáncer".
Aunque las comunidades han impulsado procesos legales en contra de Petroecuador, "no han llegado a ningún feliz término, la empresa hace todo lo posible para que los demandantes desistan", lamenta Macías.
MIRA EL MAPA: DERRAMES POR CADA BLOQUE
Así en 19 de los 23 bloques operados actualmente por Petroecuador, se registraron 1.004 derrames entre 2012 y mayo 2021. Es decir, el 80% del total a nivel nacional, la cifra surge del cruce de información entre los datos de Ambiente y comparados con las empresas encargadas de cada bloque. Además, Ecuavisa.com solicitó a Petroecuador el número de derrames durante el mismo periodo, y hasta la publicación de este reportaje no hubo respuesta.
La cifra no sorprende a la experta en materia ambiental Alexandra Almeida, coordinadora del área de petróleo de Acción Ecológica, pues explica que Petroecuador tiene a su cargo el mayor número de bloques y la mayor extensión de territorios.
¿QUÉ PASA CUANDO OCURRE UN DERRAME?
Pero podrían ser muchos más, asegura la experta, pues no todos los derrames son notificados, peor remediados. Es que hasta 2019 las empresas tenían que reportar el accidente ambiental solo cuando este sobrepasaba los cinco barriles. No existía remediación para derrames menores que igual causaban daños y contaminación, señala Almeida.
Al ser consultados sobre el tema, desde el Ministerio de Ambiente explican que aquello ya no sucede, pues con la nueva normativa vigente desde el 11 de diciembre de 2019, "el operador debe reportar el evento independientemente del número de barriles". Y tienen un plazo de 24 horas para comunicarlo.
Pero lo que se dice en papel es difícil de cumplir en la práctica, explica Ivonne Macías; muchas veces son las mismas comunidades que deben notificar a las empresas.
Un hecho así sucedió recientemente en la parroquia Panacocha, donde está ubicado el bloque 57, "ahí no se supo cuándo se reventó el tubo, una persona que fue de cacería vio una veta de petróleo de 20 metros y avisó el derrame". La empresa, sostiene Macías, llegó al lugar dos días después para remediar la zona.
HUELLAS DE CRUDO
Así el olor a petróleo que llegó a casa de Juan, el pasado sábado, no es nuevo para él. Desde el 2009 ha presenciado cuatro derrames en las riveras del río Coca provocados por OCP, asegura. Pero el penúltimo, dice, fue devastador. Ocurrió hace menos de dos años, el 7 de abril de 2020, en medio de la pandemia cerca de 15.800 galones de crudo cayeron en las mismas aguas cuando las tuberías de OCP, SOTE, y el poliducto Shushufindi – Quito se rompieron.
27.000 kichwas en 105 comunidades fueron afectados. "Todos esos pescados (las carachamas, los bocachicos, el bagre) ya no existen desde ese derrame", cuenta Juan.
Según datos de Ambiente, OCP ha reportado siete derrames entre 2013 y mayo de 2021. Ecuavisa.com solicitó a la empresa confirmar la cifra, pero según sus registros han sido solo tres "los eventos de fuerza mayor" en los años 2013, 2020, y 2022.
A 14 días del derrame, OCP informó que ha alcanzado el 90% de la limpieza de crudo, asimismo la primera fase de compensación a las comunidades. Pero para Juan la historia de 2020 se repite: "la empresa ha venido a dejar una 'jabita' de agua, pero eso no alcanza. En una familia vivimos entre 10, nueve, ocho personas, eso no alcanza", insiste.
Así la década de derrames petroleros en Ecuador, pese al tiempo vuelve a contar la misma historia. En la comunidad Sardinas donde viven cerca de 1.000 habitantes no hay agua potable, y el agua del río, una vez más, está contaminada. "Ahorita ya no hay esperanza, no hay nada de peces", lamenta Juan a través de la línea.