Un barrio de Nueva Prosperina le ganó la batalla a los grupos criminales de Guayaquil

La pandemia del covid-19 significó un doble encierro para los habitantes del bloque 12 de la cooperativa El Fortín, en el noroeste de Guayaquil. En ese tiempo, además de intentar blindarse de un virus que podía ser letal, debían esconderse cuando integrantes de grupos criminales llegaban a dejar cadáveres, carros robados o personas secuestradas.

La situación hizo que ese barrio sea denominado 'el callejón de la muerte'. Cecilia (nombre protegido), recuerda bien ese ambiente. Pero también cómo decidieron unirse y emprender actividades con la Policía Nacional y otras entidades para combatir la inseguridad.

Con el paso de los meses, el callejón de la muerte se transformó. Desde el 2024 se denominó el callejón de la esperanza. Cecilia detalla que hicieron mingas, bingos, eventos por fiestas de Guayaquil, clases de bailoterapia, entre otras actividades. También se mejoró la iluminación.

Ella contó que los jóvenes que estaban vinculados a los actos delictivos fallecieron. Otros fueron detenidos y sus familias optaron por irse del lugar. Y como comunidad, decidieron empoderarse de la zona y darle vida al barrio con las actividades que aún organizan.

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El Fortín es uno de los sectores que forman parte del distrito Nueva Prosperina, en el noroeste. Una zona amplia, con más de 300 000 habitantes según cifras del Municipio de Guayaquil. La falta de servicios básicos como agua potable, alcantarillado, calles pavimentadas, iluminación, fue uno de los factores que incidió en la presencia de grupos narcocriminales como Los Tiguerones y Los Águilas en ese distrito.

Las organizaciones delictivas se aprovecharon de las condiciones del terreno para poder instalar sus centros de operaciones. Las invasiones y lotes no legalizados fueron usados para armar casas de caña y esconder armas, droga o retener a personas secuestradas.

En enero de 2024, la Policía Nacional emprendió operativos en toda la zona. Desalojó 83 viviendas que habían sido tomadas por cabecillas y miembros de las bandas. También se intervino un total de 903 inmuebles para verificar que sus ocupantes sean los propietarios.

Los proyectos sociales y deportivos en Nueva Prosperina para reducir la violencia

A la par de los allanamientos y operativos, la Policía Nacional junto a otras entidades como el Municipio de Guayaquil, Organizaciones No Gubernamentales, Intendencia, Gobernación del Guayas y universidades, realizó tres proyectos.

Se decidió desde enero, hacer cursos vacaciones de fútbol, pintura y teatro para los niños y adolescentes. Entre los tres programas, se llegó a unos 300 menores de edad, según el mayor Michael Richards, jefe de Nueva Prosperina.

Estas actividades ayudaron a reducir drásticamente la violencia en el distrito. Por ejemplo, las muertes violentas pasaron de 511 de enero a octubre de 2023, a 267 casos en el mismo periodo de 2024. Lo mismo ocurrió con las extorsiones, con la activación de la zona libre de extorsión. (Ver cuadro)

Richards indicó que parte del éxito de los programas ha sido involucrar no solo a los menores de edad, sino también a los padres. Añadió que se aprovechó el periodo de vacaciones para poder captar a la gran mayoría de familias.

Las clases de fútbol, bailoterapias, ensayos de la obra de teatro y los talleres de pintura se realizaron en los espacios públicos que se recuperaron en el distrito. Richards indicó que unos 40 parques, canchas y calles, fueron nuevamente tomados por la comunidad.

En esos puntos se colocaron cámaras de vigilancia y luminarias para que la ciudadanía tenga seguridad. Antes, debido a la falta de luz, se cometían los delitos y en algunos espacios, incluso las bandas criminales habían pintado murales.

El jefe policial comentó que están idealizando un cuarto proyecto social con padres de familia. Consistiría en una capacitación que incluiría a docentes de los planteles educativos de la zona.

El trabajo conjunto de la fuerza pública, municipio y organizaciones sociales

El trabajo conjunto ha sido uno de los pilares para realizar los proyectos sociales. Richards indicó que como Policía Nacional conversaron con organizaciones, además de las diferentes direcciones municipales e Intendencia y Gobernación del Guayas.

También con la empresa privada para obtener recursos y así poder impartir las clases y demás actividades a los niños y adolescentes de Nueva Prosperina. La finalidad era llevar la gestión a territorio para tratar de mejorar la condición de vida de la comunidad.

Justamente en una entrevista con Ecuavisa.com, Fernando Cornejo, presidente de Segura EP, indicó que parte de los USD 86 millones de inversión municipal en seguridad se destinan a la reconstrucción del tejido social. Cornejo dijo que esto implica la articulación con las demás direcciones del cabildo. Además de obras, talleres y hasta becas.

El sociólogo Javier Gutiérrez destacó justamente que ciudades de otros países como Colombia y México han logrado reducir la violencia con programas sociales. Detalló que se debe tener y mantener la voluntad entre gobierno local, instituciones como universidades, sector empresarial, iglesia y sociedad civil, para darles nuevas oportunidades a los niños.

Para Gutiérrez, si esta unión no existe, los proyectos no pueden ser sostenibles en el tiempo. Comentó que es un trabajo a largo plazo, de años y que debe empezar en las zonas más conflictivas para evitar que los menores de edad sean reclutados por los criminales.

Gutiérrez señaló que desde 1994, Misión Alianza Noruega trabaja en las zonas de mayor vulnerabilidad y pobreza, como el noroeste. Tienen tres proyectos enfocados en prevención de violencia, emprendimiento y salud comunitaria. En 10 años, han incluido a 100 000 personas.

Luego de recuperar su barrio, Cecilia sueña con que otras comunidades visiten el bloque 12 de El Fortín. Conozcan el trabajo que se ha realizado y luchen por implementarlo en sus zonas para ganarles más espacios al crimen organizado.

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