Las muertas del narcotráfico: feminicidios por delincuencia organizada van en aumento

Una cámara de seguridad registró un hecho escalofriante. Una mujer que iba en una moto fue impactada por un auto, de él se bajaron tres hombres que la golpearon, luego le dispararon nueve veces y finalmente le prendieron fuego.

El crimen ocurrió la noche del 29 de julio en La Libertad, en la provincia de Santa Elena. La mujer tenía 31 años, no tenía antecedentes penales y no murió en el acto, quedó gravemente herida y falleció un día después.

Casos como estos son cada vez más frecuentes en Ecuador. Organizaciones sociales, aseguran, ser testigos de este aumento, y señalan que las muertes violentas de mujeres por delincuencia organizada son una realidad latente en el país. Veamos.

Los tentáculos del narcotráfico se han extendido en diferentes partes de Ecuador, sobre todo, en las provincias fronterizas y portuarias. Pero su huella no solo ha quedado plasmada en el territorio también en la violencia contra las mujeres.

Según datos recogidos por la Alianza para el Registro y Mapeo de Femicidios de Ecuador durante el año pasado se registraron 66 muertes violentas de mujeres por delincuencia organizada. Mientras que, en lo que va del año ya son 99. Es decir, 33 más.

Para Geraldine Guerra Garcés, representante de la “Alianza Mapeo Femicidio", la disputa entre bandas también se plasma a través de la violencia sobre los cuerpos de las mujeres, "se trata de muertes donde se expresa con fuerza el odio contra las mujeres, en donde sus cuerpos son usados como botines de guerra entre bandas delincuenciales".

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Casos como el de Santa Elena, resalta Guerra, son una muestra de esa violencia que desde 2021 va en aumento, "hay un mensaje contundente de usar el cuerpo como botines de guerra (...) Son muertes que tienen una serie de componente que antes no habíamos identificado y no se presentaban”.

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En zonas de Ecuador, donde el narcotráfico predomina, las mujeres son víctimas de una violencia brutal. Por ejemplo, en la provincia de Esmeraldas, señala Guerra, las víctimas de violencia no denuncian, al igual que "las familias de las víctimas de femicidio tampoco están denunciando porque están amenazadas de muerte por los agresores que son de otras bandas delincuenciales", cuenta.

Los femicidios por crimen organizado también son parte de un modus operandi de los narcotraficantes para dañar al rival, agrega Guerra. En México ya sucedió, pero hace 10 años atrás, en Ciudad Juárez, ubicada cerca de la frontera donde empezaron a aparecer casi a diario cadáveres de mujeres. La guerra narco perpetuó secuestros, violaciones, asesinatos, entre otros crímenes, "en Ecuador está sucediendo lo mismo, estamos empezando a ver chicas asesinadas", lamenta Guerra.

Para Vianca Gavilanes, quien trabaja de cerca con mujeres en prisión y es coordinadora de Fundación Dignidad, hay otros factores que recrudecen la situación. La especialista ha evidenciado que muchas dependen de estas economías ilegales a causa de la pobreza y al ser cabezas de hogar entran en un círculo difícil de escapar. En otros escenarios también están sujetas a entornos donde el "negocio" es parte de la estructura familiar.

"Desde 2021 hemos visto un incremento de las muertes violentas de mujeres por delincuencia organizada”, expone Geraldine Guerra Garcés, representante de la Alianza Mapeo Femicidio.

Por ello, Gavilanes resalta la necesidad urgente de que el Estado invierta en el eje social, pues las “mujeres son víctimas de estas redes que se aprovechan de ellas por su situación económica por la falta de trabajo y de oportunidades".

De hecho, la pandemia fue un detonante para que la crisis económica se agudizara. Las mujeres tienen mayores tasas de desempleo que los hombres (4,2%), en concreto, 6,7% no tiene trabajo en Ecuador.

Además, desde que se levantaron las restricciones de la pandemia en el país se ha incautado cifras récord de droga, en lo que va de 2022 ya van 115 toneladas de droga incautadas.

En ese sentido, Gavilanes señala que son justamente las mujeres las primeras en terminar tras las rejas por delitos como narcomenudeo o usadas como mulas del narcotráfico, "no es que las mujeres son parte de una red de narcotráfico en un nivel importante en jerarquía", explica y descarta que su participación cumpla un rol de alto rango.

De acuerdo, a cifras del Consejo de la Judicatura, hasta el 5 de agosto, 164 mujeres han sido asesinadas, lo que incluye sicariatos, homicidios, violaciones y robo con muerte.

Así, las mujeres han quedado en medio de una violencia que, tal parece, lejos está de terminar.