Las dos caras del regreso a clases: desigualdad social en evidencia
Después de 15 meses de educación virtual los estudiantes volvieron. Al menos, 120.000 que forman parte de los centros educativos autorizados e incluidos en un plan de retorno: "progresivo, controlado y voluntario".
Pero el regreso a clases ¿ha sido igual para todos? ¿los estudiantes tienen acceso a las mismas medidas de bioseguridad? Veamos.
Una minga para poder volver
Del total de las instituciones que retornaron 1.130 son fiscales y más del 80% de estas escuelas se encuentran en zonas rurales.
Una de esas fue la escuela fiscal 'Justino Cornejo Viscaíno', ubicada al noreste de Portoviejo, allí estudian 21 alumnos, pero solo ocho estudiantes regresaron a las aulas. Previo al inicio de clases los padres tuvieron que realizar una minga para limpiar el establecimiento. Además, al ser un plantel unidocente, el profesor no es solo el encargado de dar todas las clases, también de desinfectar las aulas.
Para Milton Luna, exministro de Educación, la pandemia "ha profundizado las desigualdades sociales y las ha expuesto; de hecho, en el proceso del retorno se va a evidenciar aún más", anticipa.
En este plantel como medidas de bioseguridad los estudiantes se aplican alcohol en las manos al entrar a las aulas, pero no cuentan con el termómetro para medir la temperatura. Así en la provincia de Manabí son seis las escuelas autorizadas para volver a las aulas entre fiscales, unidocentes y rurales.
Una situación similar se vivió en la Unidad Educativa Elicio Olalla ubicada en el sector de Santa Rosa en Tena, en este establecimiento son 155 estudiantes en total; ayer retornaron 50 niños, niñas y adolescentes. En cuanto a las medidas de bioseguridad los estudiantes no disponían de alcohol al momento del ingreso. Asimismo, los padres también organizaron una minga para limpiar los espacios.
Ante ello, el exministro expresa que "los padres de familia y la comunidad tienen la responsabilidad de mantener y conservar la inversión, pero no es justo que las familias tengan que hacer mingas y poner materiales, porque el Estado empieza a lavarse las manos".
Clases virtuales y presenciales
Para los estudiantes de la Unidad Educativa Thomas More ubicado en Samborondón (Guayas), la situación es diferente. Erika Lainez, directora general, describe las medidas de bioseguridad que tienen los alumnos: "desde un kit de desinfección que cada uno de los niños trae con gel antibacterial, mascarilla, visor, alcohol”.
Además, señala que en la puerta de entrada y salida son desinfectados y tomados la temperatura. En cada clase habrá 12 alumnos con un distanciamiento preventivo entre los pupitres "nuestras aulas son muy amplias tienen un modelo finlandés donde los estudiantes tienen el espacio".
Lainez destaca que en el exterior de los baños habrá personal de limpieza para que cada vez que un estudiante lo use, luego sea desinfectado y pueda ingresar el siguiente. Por su parte, en la Unidad Educativa Delfos una de las instituciones particulares que reinició clases, allí en cambio los profesores impartirán a sus alumnos clases duales de forma simultánea: virtual y presencial.
Estos planteles privados son parte de los 125 autorizados para volver a clases y 199 que se encuentran en zonas urbanas.
Este medio solicitó al Ministerio de Educación conocer cuánto han invertido o prevén invertir para este regreso a clases, pero hasta la publicación de este reportaje no remitieron la información.