Fuga de cerebros: más de la mitad de los graduados universitarios quieren salir de Ecuador

Cada vez más ecuatorianos toman un vuelo o cruzan la frontera hacia los países vecinos para vivir en otro país. Así lo demuestran cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

Tanto en 2022 y 2023, más de 110 mil ciudadanos que viajaron al exterior no retornaron a territorio nacional, alcanzando cifras similares al periodo de la ola migratoria entre el 2000-2003, producto de la crisis económica y política del feriado bancario y la dolarización.

Entre quienes ya no residen en Ecuador están estudiantes y profesionales con título universitario.

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Solo en 2023, 44 mil personas de este grupo no han regresado, constituyéndose así casos de fuga de cerebros.

Esta tendencia no se detendría, según un análisis de la revista especializada The Economist. Tras procesar encuestas del grupo de análisis Gallup, determinaron que la población de graduados universitarios en Ecuador se reduciría a más de la mitad si todos los que quieren vivir en el exterior lo hicieran.

Similar al nivel de Ecuador se encuentran países como Irán y la República Democrática del Congo.

El último reporte anual de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) apuntó que la violencia, combinada con una situación económica pospandemia que ha dejado a muchos en la pobreza, ha resultado en un aumento significativo en el número de ecuatorianos que abandonan el país.

La actual ola de violencia está impulsada en gran medida por redes criminales internacionales y organizaciones terorristas que compiten por el control territorial de las rutas del narcotráfico.

La población universitaria en Ecuador y sus modalidades de salida

Según estadísticas de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), entre 2020 y 2023, se graduaron 497 252 ciudadanos de universidades y escuelas politécnicas.

Entre ellos están 380 799 graduados de tercer nivel y 110 000 personas que obtuvieron un grado de cuarto nivel. Además, 286 194 de ambas modalidades de estudio tuvieron lugar en universidades públicas.

Precisamente los grupos etarios que mayoritariamente forman parte de las aulas de centros de educación superior son quienes más viajan al exterior y no retornan. El INEC indica que, en 2023, 44 115 jóvenes de 20 a 29 años partieron, al igual que 26 482 personas de 30 a 39 años.

Su principal destino, y el de todos los viajeros ecuatorianos, es Estados Unidos, que concentró 529 534 de las 1.7 millones de las salidas internacionales totales registradas en 2023.

Sin embargo, a la nación norteamericana también llegan de manera irregular decenas de miles de ciudadanos, que cruzan la selva del Darién para así atravesar para llegar a la frontera México-EE. UU. por tierra, o toman un vuelo a Centroamérica para evitar el peligroso paso entre Colombia y Panamá.

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Entre ellos están presumiblemente los 50 212 ecuatorianos que viajaron a El Salvador en el 2023, cuando en el año previo solo 3 549 visitaron ese país.

Entre las opciones legales que tienen los jóvenes para acudir a Estados Unidos está la visa F-1, que son para quienes desean ser parte de un programa universitario a tiempo completo.

También está la visa J-1, denominada de intercambio cultural, y que es solicitada para participar del programa del Departamento de Estado de EE. UU. denominadoWork And Travel ofrecido a estudiantes universitarios para que trabajen entre tres a cinco meses en temporadas de verano e invierno, en hoteles, restaurantes o parques de atracciones.

En los últimos cinco años, más ecuatorianos han obtenido aquellos documentos, de acuerdo a los reportes anuales de los consulados y embajadas del gobierno estadounidense.

En 2019, las oficinas de EE.UU. en Ecuador emitieron 1 460 visas tipo F1 y 3 660 tipo J1. Para 2023, el número incrementó a 2 118 y 6 563 respectivamente.

La fuga de jóvenes cualificados para el mercado laboral de Ecuador tendría repercusiones. Literatura académica describe que la pérdida de capital humano estratégico es uno de los síntomas de la decadencia social de un país.