Femicidio de Paola Ortega: hermana revela el posible motivo que tuvo el esposo para planear el crimen
De Paola Ortega sólo conocemos su muerte. Fue la primera víctima de femicidio en este año, un hecho que ocurrió el pasado 2 de enero, en Sangolquí, tras recibir 13 puñaladas; su esposo figura como el presunto autor intelectual del crimen. Pero, de la vida de Paola aún hay más que contar.
Por ejemplo, que tenía un sueño que podríamos describir como común, aunque, no fácil: ser madre y tener una familia. Paola estuvo cerca de cumplirlo cuando se casó por primera vez a los 19 años, pero luego de poco tiempo se separó. En esa relación tuvo a su primera hija, hoy de 15 años.
"Mi hermana era una mujer súper alegre, irradiaba felicidad, bromista, más que todo era una mujer increíble", así la recuerda su única hermana, Adriana Ortega, quien era mayor a Paola con sólo ocho meses, por lo que eran muy unidas, "todo lo hacíamos juntas", dice.
La familia de ambas se había dedicado desde hace tres décadas al comercio en la ciudad y así continuaron con el oficio de sus padres, "siempre nos veíamos todos los días". Pasaron dos años hasta que Paola conoció a Christian, el principal sospechoso de su muerte, "empiezan una relación de 13 años, tuvieron una hija que hoy tiene cuatro años", cuenta su hermana.
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Juntos tenían un negocio de fiestas infantiles, les iba bien, lo que les permitió abrir una sucursal en Quito, pero aunque "él se hacia ver como el hombre perfecto, se enmascaró, así, todo este tiempo (...) Él era muy celoso y posesivo", describe Adriana.
Incluso, una vez, en una discusión "Christian le alzó la mano, le había dado una cachetada a mi hermana", cuenta. En ese episodio fue el padre de Paola quien la defendió y "le puso un freno". Pero, a raíz de su muerte en 2021, el esposo de Paola comenzó a mostrar lo que Adriana describe como "su verdadera identidad, mi hermana ya no se sintió protegida, él la atacaba por el medio psicológico", y la amenazaba de llevarse a su hija a Colombia.
El maltrato psicológico se incrementó en los últimos dos años, Paola que era de contextura delgada y mayor a él con tres años, "él le decía que no le gustaba su cuerpo y que era vieja".
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La presión social de un segundo fracaso matrimonial, piensa su hermana, habría sido el motivo de por qué mantuvo su relación, pues describe a Sangolquí con aquel viejo refrán: “pueblo chico infierno grande”.
La ambición habría sido el motivo del crimen
Fue así que aquella Paola alegre y risueña poco a poco fue cambiando por una Paola de mal humor, "no había cómo decirle nada", lamenta su hermana. Sin embargo, nunca su familia imaginó que Christian pudiera llegar a planear su muerte.
Fue el 2 de enero cuando la peor de las pesadillas comenzó para la familia Ortega. Mientras Paola esperaba a su esposo que había bajado a comprar hamburguesas, dos sujetos entraron a la camioneta que en ese momento no tenía seguros porque él mismo a la distancia los habría desactivado.
"Nunca me imaginé que iba a detonar en esto tenían discusiones, pero nunca le creí capaz de hacer esto", dice Adriana Ortega.
"Él les abre la puerta del carro y llega a la clínica después de haber esperado por cinco minutos, al constatar cómo estaba mi hermana hace una transferencia de 2.000 dólares", relata Adriana.
Pero, ¿por qué Christian habría planeado el crimen? "Él en sus declaraciones dijo que tenía una amante", señala su hermana y explica su teoría: "yo creo que esta chica le llegó tanto a él que, la chica iba a viajar a otro país y ella le dio un ultimátum: él tenía que capitalizarse, de alguna manera, porque mi hermana era la que manejaba todo el dinero".
De hecho, cuenta que el dinero que llevaba Paola en la cartera para el día a día era sustraído por su esposo, "el dinero de mi hermana siempre desaparecía y ella se empezó a dar cuenta que él le robaba el dinero, entonces, empezó a guardarlo en otro lado".
Hoy Adriana se cuestiona por qué Christian no pidió el divorcio si le hubiera tocado la mitad del negocio, "no encuentro otra explicación fue tan ambicioso que quiso todo de la manera más cruel y vil".
El esposo de Paola "nunca botó una lágrima" y quiso lavar el carro a las 2 am
Cuando confirmaron la muerte de Paola, cuenta Adriana que Christian "nunca botó una lágrima", "él ni siquiera fingía". De hecho, al rendir versión por ocho horas para la instrucción fiscal, los agentes de la Dinased, dice Adriana, le comenzaron a hacer preguntas y se dieron cuenta que "mentía en absolutamente todo".
Una vez que tomaron las huellas del carro, le devolvieron el vehículo a Christian "a los 2 am de la madrugada empezó a buscar una lavadora de carros, pero por suerte nadie le abrió estaba desesperado por lavar el carro".
Los agentes de la Dinased le pidieron a la familia que lo lleven a Fiscalía a declarar, Adriana, dice, que para entonces ella ya sabía que él era el autor intelectual del crimen "me quedé en shock, me quedé helada, yo era la única que sabía".
Después cambiaron el impulso fiscal de ocho horas a 24 horas y tras la audiencia cambiaron el tipo de delito de asesinato con robo a femidicio, "él había dicho que robaron 600 dólares, pero no se robaron absolutamente nada, y tampoco había joyas, a mi hermana no le gustaban".
Buscan justicia por Paola
Pese a que ya pasaron dos meses los autores materiales aún no han sido capturados. La familia pide que la investigación avance, "claro, que él (Christian) sigue detenido, pero queremos que el caso se agilite".
Este 8 de Marzo, en el Día Internacional de la Mujer, la familia organizó una marcha para pedir justicia y verdad por la muerte de Paola.