La factura de la corrupción de Coca Codo Sinclair también se paga en esta crisis energética

Aunque Coca Codo Sinclair es la salida a la crisis actual, hay el riesgo inminente de la erosión regresiva del río y la incapacidad de alcanzar el máximo de producción.
Vista aérea de Coca Codo Sinclair en el punto de captación.()
15 oct 2024 , 06:00
Redacción

En medio de la crisis energética que ha obligado a las autoridades a programar apagones a escala nacional, Coca Codo Sinclair se convierte en una boya salvavidas porque aporta un 58 % de la producción de energía hidráulica y un 30 % de la generación total.

Sin embargo, opera por debajo de la capacidad para la que fue creada. En teoría, debería generar 1 500 megavatios (MW), pero en la práctica, aporta unos 900 y en el mejor de los casos hasta 1 100. De hecho, no hay registros que evidencien la operación al 100 % de esa central.

Es la hidroeléctrica más grande del país, se ubica en las provincias de Napo y Sucumbíos, cantones El Chaco y Gonzalo Pizarro. Inició su construcción en julio de 2010 y fue inaugurada el 18 de noviembre de 2016, durante el gobierno del expresidente Rafael Correa. Es un proyecto cuestionado por las irregularidades en la contratación y en la construcción.

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¿Por qué Coca Codo Sinclair no alcanza el máximo de su operación?

Inicialmente, se presentaron informes técnicos, basados en las condiciones hídricas del Río Coca, que apuntaban a una capacidad de potencia de 859 MW. Sin embargo, el exministro de Electricidad y Energía Renovable, Alecksey Mosquera, que estuvo en el cargo por dos años, de 2007 a 2009, y que en 2018 fue sentenciado por lavado de activos en la trama de corrupción de Odebrecht, impulsó la ampliación de la infraestructura del proyecto para generar 1 500 megavatios.

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Eso implicaba un aumento del costo inicial porque era necesario ejecutar otras obras, por ejemplo, las descritas a continuación:

La iniciativa fue duramente cuestionada porque los cálculos de expertos en el área apuntaban que el caudal no es el suficiente para producir esa cantidad de energía. No contó con los estudios técnicos, económicos y ambientales que justifiquen una infraestructura de ese tamaño.

De hecho, la máxima potencia registrada en 2024 fue en abril, cuando llegó a 1 488,9 MW, mientras que en 2023 el hito de operación fue de 1 440, en noviembre.

Desde 2017, la hidroeléctrica no alcanza su máxima capacidad. Con base en los informes anuales del Operador Nacional de Electricidad, Cenace, Coca Codo Sinclair ha ido aumentando su energía generada, pero todavía está por debajo de lo ideal.

En 2023 solo operó en un 61,13 % de su capacidad. En 2022 fue de 51,96 %; en 2021, 50,23 %.

Por otro lado, la hidroeléctrica ha tenido que parar su operación por la acumulación de sedimentos, debido a las fuertes lluvias, lo que implicaba un riesgo para las turbinas de la Central.

Pese a esas contrariedades, es la hidroeléctrica que más aporta a la producción anual, con un 32 %, según Cenace.

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Una hidroeléctrica remendada y en constante riesgo

Coca Codo Sinclair es la hidroeléctrica con más reportes de fallas de generación, aunque respecto a toda la producción nacional representa solo un 4,55 %, con corte a 2023. Esa cifra muestra una mejora significativa respecto a 2022, cuando fue el 9,13% de fallas totales.

Sin embargo, en 2022, la Asamblea Nacional elaboró un informe de fiscalización, a cargo del entonces asambleísta Fernando Villavicencio (+), en el que concluye que en la central hidroeléctrica había 17 499 fisuras en ocho distribuidores que llegaron en ese estado al país en 2012. Además, la Comisión de Fiscalización cuestiona que la forma de solventar las fisuras fue soldando, lo que significa que "el peligro de falla de toda la central es inminente".

Ese documento fue enviado a la Fiscalía General del Estado para que realice las investigaciones pertinentes.

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Por otro lado, está la erosión regresiva en el río Coca, que no está claro si hubo afectación por la construcción de la hidroeléctrica. En el Análisis del Proceso Erosivo Ocasionado por la Desaparición de la Cascada de San Rafael, elaborado por el consultor ambiental Alfredo Carrasco, plantea la teoría de que el proceso natural era visible y que plantear la construcción de ese proyecto bajo el riesgo del fenómeno no era una decisión adecuada; pero también cabe la posibilidad de que la desaparición de la cascada "fue consecuencia de la operación de la represa que desvía las aguas hacia la casa de máquinas de la Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair".

De cualquier manera, desde entonces hay un avance progresivo que pone en riesgo Central, a tal punto de que si llegara a avanzar, como se pronostica, sería necesario pausar la operación. En un momento de crisis como el actual, eso implicaría más tiempos de cortes de luz.

El proyecto más caro del país, envuelto en corrupción

El exvicepresidente Jorge Glas, quien estaba a cargo de la implementación de estos proyectos, se refería a la central como la prueba de que su gobierno hace "cosas grandes" y que ahí se concentraba "la nueva riqueza" del país.

El 70 % de la inversión vino de un banco asiático, Emibank de China; lo demás, por parte del Estado de Ecuador.

Al igual que los demás proyectos, hubo un precio inicial, que se planteó de USD 2 245 millones; pero que terminó siendo de USD 2 851 millones, es decir, superior por casi USD 600 millones.

Alrededor de esta obra también está el caso de corrupción de Sinohydro. La tesis de la Fiscalía es que operaba una red de corrupción, entre 2007 y 2018, que consistía en la entrega de coimas, por parte de la empresa china. En este caso, es procesado Lenín Moreno, por su supuesta participación cuando fue vicepresidente.

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