Estas son las bandas declaradas como terroristas en Ecuador: ¿Cómo surgieron y dónde operan?
Ecuador se sumió en un episodio de terror sin precedentes, luego de que un grupo de hombres armados irrumpieron en el set de TC Televisión en Guayaquil. Marcando un nuevo punto bajo en la crisis de violencia que golpea al país. En respuesta, el presidente Daniel Noboa declaró el estado de guerra interna en Ecuador.
La medida tiene como blanco a 22 grupos criminales que fueron declarados como terroristas, que según el Primer Mandatario, estarían conformados por más de 20 000 personas. Enfrentar a estos grupos se convierte en la misión prioritaria de las Fuerzas Armadas.
Algunos de los grupos mencionados no son completamente nuevos para la ciudadanía, pero sí sus ramificaciones y otros independientes. Según informes de Inteligencia, la proliferación del crimen organizado se dio principalmente entre los años 2014 y 2020, consolidándose en los siguientes tres años. Aquí la historia.
De Los Queseros en 1985 a Los Choneros, calificados hoy como terroristas
Para comprender la evolución del crimen en Ecuador, es necesario retroceder casi cuatro décadas. Según un gráfico basado en informes de inteligencia al que este medio tuvo acceso, en 1985, el mapa del crimen solo mostraba la presencia de la banda Los Queseros en Manta, Manabí. Esta banda, liderada por Carlos Cedeño Vera, alias el Quesero, ejercía el control sobre la mayoría de los delitos.
A principios de la década de los 2000, el país comenzó a registrar cifras alarmantes para ese entonces, superando los 100 crímenes al año en Manta, la ciudad que dio los primeros signos de violencia criminal.
Sin embargo, entre 2005 y 2014, la dinámica en ese territorio experimentó un cambio significativo. Los Queseros perdieron su control exclusivo, dando lugar a disputas con Los Choneros, una organización liderada en aquella época por Jorge Bismark Véliz España, conocido como el Teniente España o el Chonero. Hoy figuran en la lista de organizaciones calificadas como terroristas.
Pero la consolidación del crimen organizado, según el informe, se dio entre 2014 y 2023, durante ese tiempo el Ecuador estuvo gobernado por tres mandatarios: Rafael Correa, Lenín Moreno y Guillermo Lasso.
El primer detonante ocurrió en el año 2020, después del crimen de Jorge Luis Zambrano, conocido como Rasquiña o JL, cabecilla absoluto de Los Choneros, asesinado en un centro comercial en Manta. Su muerte desató una intensa lucha territorial que resultó en la fragmentación de este grupo y que supuso el fin de la hegemonía en el control de las cárceles.
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Así, Adolfo Macías, alias Fito, fugado de la cárcel Regional, y Junior Roldán, alias JR, asesinado el año pasado en Colombia, tomaron el control de la organización. Ambos, JR y Fito, formaron su propios brazos armados: Fatales, Águilas, Águilas Killers, Gánsters, y Fantasmas.
El ascenso de Los Lobos y desplazo de Los Choneros
A pesar de que se reconoce que alias Fito ocupó el lugar de mano derecha de Rasquiña, los informes de Inteligencia indican que su ascenso no fue bien recibido por algunos miembros de la organización, llevando a que algunos cambiaran de bando.
Por lo que los efectos desencadenados por la muerte de Rasquiña se intensificaron entre 2021 y 2023, resultando en numerosas masacres carcelarias que cobraron la vida de al menos 500 reclusos.
De la fractura en Los Choneros surgieron Los Lobos, liderado por alias Pipo, Wilmer Chavarría. Otros aliados son Chone Killers, Los Tiguerones (supuestos involucrados en el ataque a TC Televisión) y Los Lagartos, todos vinculados a delitos como tráfico de droga, extorsión, sicariato y secuestro, entre otros.
Otro punto de quiebre fue la alianza de bandas locales con organizaciones internacionales. Se ha informado que Los Choneros trabajan con los mexicanos del cártel de Sinaloa, mientras que la banda rival colabora con el cártel Jalisco Nueva Generación. Ambas facciones enemigas operan en diversas provincias, especialmente en zonas portuarias para facilitar el tráfico de drogas.
Un tercer punto de quiebre fue la diversificación del delito. Estas estructuras comenzaron a adoptar nuevas estrategias para el lavado de activos por lo que, según la Policía, movilizarían anualmente una suma significativa de 120 millones de dólares.
Desde que ocurrió el fraccionamiento, Los Lobos han ganado terreno en el mundo criminal. Según el portal especializado Insight Crime en principio, se constituyeron como la segunda agrupación delictiva más numerosa del país, con más de 8 000 miembros distribuidos en varias prisiones como Turi, Cotopaxi, Santo Domingo, Ambato y la Penitenciaría del Litoral, donde controlarían el pabellón 9, en Guayaquil.
Sin embargo, en un reciente informe, los catalogan como el "motor de la máquina criminal ecuatoriana", superando a Los Choneros. Una fuente policial respalda esa tesis, afirma que Los Lobos controlan más provincias que Los Choneros, entre ellas, El Oro, Los Ríos, Pichincha (Quito) y ciertas zonas en disputa de Guayas, y Manabí.
Los Lobos y sus dos aliados se han dividido a su vez en pequeñas facciones, como: Chanitos (Tiguerones), Loco Oviedo, Los Cornejos, Los Chumados (Los Lobos) y Corvicheros.
Un monstruo de 22 cabezas
En 2023, según el informe, se produjo una reconfiguración en el mapa criminal, dividiendo a las bandas en tres categorías: aliados en resistencia, grupos independientes y acuerdos de paz.
En el primer grupo se encuentran aquellos que no quisieron mantener el supuesto acuerdo de paz anunciado por Los Choneros durante el año pasado, el cual le habría costado la vida al narcotraficante Leandro Norero.
Entre ellos figuran los Latin King, que no son fuertes per se, según explicó la fuente policial, pero tienen alianzas con Tiburones, Lobos, Mafia 18 y Caballeros Oscuros. Estos tendrían vínculos con el cartel Jalisco Nueva Generación.
Por otro lado, los grupos independientes son aquellos que no tienen alianzas con ninguna de las megabandas, entre los que se encuentran, pero que están en crecimiento principalmente en la Costa: Cuartel de Las Feas, grupo criminal que surge en una de las calles ubicadas a orillas del estero en Guasmo Sur, Guayaquil. También están Los Lagartos y Kater Piler.
En el tercer grupo se encuentran las bandas que accedieron al supuesto acuerdo de paz y mantienen vínculos con el cartel de Sinaloa. En este grupo figuran Águilas, Fatales, Gánster en representación de Los Choneros, según el agente, poco a poco se va perdiendo el nombre original de la banda. También están R7, discidentes de Los Lobos, o Patones, que operan principalmente en Esmeraldas.
Así el organigrama criminal en Ecuador evoluciona, un monstruo de 22 cabezas al que las Fuerzas Armadas deberá "neutralizar".