El desierto de Falfurrias, en brooks, Estados Unidos, se ha convertido en un cementerio de migrantes
En la frontera sur de Estados Unidos, las autoridades endurecieron los controles de la migración irregular, debido a la cercanía con México, en localidades como Reynosa y Matamoros, en el estado de Tamaulipas, donde los cárteles narco libran una guerra por el control de las rutas para el tráfico de indocumentados.
Alex Jara, agente de la Patrulla Fronteriza, dice que lo más grave es que cuando cruzan hacía Estado Unidos, los inmigrantes no han comido en días “y llegan débiles y deshidratados”.
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Una de las zonas identificadas como paso ilegal es el desierto de Falfurrias, dentro del condado estadounidense de Brooks y a 137 kilómetros de la frontera mexicana. Ahí se llega en una hora por la carretera 281.
Las organizaciones de derechos humanos lo califican como un cementerio de migrantes porque desde 2009 hasta 2024, 981 personas han muerto en su intento de cruzarlo, entres ellos, cuatro ecuatorianos