X-Men: Los 10 grandes errores de la saga mutante

Foto: FOX
18 jul 2020 , 03:36
Redacción

Los X-Men esperan su turno para unirse al Universo Marvel.

Corría el año 2000 y, antes del gran boom de los superhéroes, los X-Men se convertían en la primera gran franquicia de la nueva generación de adaptaciones del cómic. Una reinvención de los mutantes que daban su salto a la gran pantalla con el Logan de Hugh Jackman a la cabeza. Han pasado veinte años, y el Universo de Fox ya puso su punto final con Dark Phoenix. Dejando muchos éxitos a sus espaldas... pero también unos cuantos momentos vergonzosos.

 

Mucho ha llovido desde aquella primera cinta con Sir Ian McKellen, Patrick Stewart, Hale Berry, Jackman y compañía. Desde entonces, una docena de películas que, algunas veces, han hecho las delicias del fandom. Pero otras muchas han decepcionado incluso a los incondicionales.

 

Ahora que los X-Men, como Los 4 Fantásticos, esperan su turno para unirse al Universo Marvel tras la compra de Fox por parte de Disney y la franquicia mutante suena ya lejana, repasamos 10 de ellos.

 

 

Antes de resarcirse en 2016 con la irreverente Deadpool, Ryan Reynolds ya tuvo la oportunidad de interpretar a Wade Wilson en X-men Orígenes. Y si bien durante la primera media hora de película parece un personaje bastante fiel a su homólogo de las viñetas, su 'resurrección' es posiblemente el peor momento de toda la saga.

 

No contentos con meter con calzador al personaje para después coserle la boca, los responsables del guion decidieron incluirle poderes tales como los rayos de Cíclope, teletransporte y katanas que le salen de los brazos. Ni siquiera su maquillaje era convincente.

 

 

También en X-Men Orígenes tiene lugar uno de los momentos clave del personaje, que desgraciadamente los guionistas metieron con calzador. La pérdida de memoria de Logan es uno de los rasgos más distintivos del personaje que marca sus más de dos siglos de vida.

 

Era un momento clave en la historia de Orígenes del mutante de las garras de adamantium. Pero el hecho de que pierda sus recuerdos por una conveniente bala lanzada por Stryker -que no podría atravesar el metal de su cráneo- resulta de todo menos creíble. Y para colmo, aunque se supone que no recuerda nada hasta la década de los 80, en Wolverine: Inmortal sí tiene conciencia de lo que le ocurrió en la II Guerra Mundial.

 

 

Del mismo modo ocurrió con Primera Generación. Uno de los puntos fuertes de la precuela es el momento en el que Charles Xavier pierde la movilidad de sus piernas. Algo que, inevitablemente, tenía que aparecer en la cinta de Matthew Vaughn.

 

Pese a que la escena en cuestión adquiere un tono de lo más dramático, lo cierto es que para Magneto habría sido muy fácil simplemente parar la bala en lugar de hacerla rebotar. Si tal y como han demostrado en las distintas entregas de la franquicia, Xavier y Magneto son 'más amigos que enemigos', ¿tan egoísta es Erik que no es capaz de salvar a su amigo?

 

 

Cuando se dijo por primera vez que Apocalypse, el mutante más antiguo que existe, sería el gran villano de la película que lleva su nombre, los fans esperaban una fiel recreación del personaje, y más aún teniendo en cuenta que un actor como Oscar Isaac había sido elegido papel.

 

Sin embargo, su aspecto dejó mucho que desear. Aunque en cierto modo era fiel a los cómics, el lamentable maquillaje y CGI convirtió al actor en poco más que un monigote inexpresivo pintado de azul. Si se compara con, por ejemplo, el Thanos de Josh Brolin, cualquier fan se dará cuenta de hasta qué punto es vergonzoso Apocalypse.

 

 

Saltando a Dark Fenix, lo que parecía un gran acierto -incluir la nación mutante libre de Genosha- se convirtió en otra gran decepción. En los cómics Genosha es el refugio creado por Magneto para proteger a los homo superior del resto de humanos. Una próspera y potente nación que nada tiene que ver con el pequeño pueblo de chabolas del último filme de la franquicia.

 

Salvo por una gran escena que involucra a Magneto, Jean Grey y un helicóptero, no se saca partido para nada a Genosha, que se convierte en poco más que un escenario en la cinta, sin apenas peso en la trama, cuando las tensiones políticas entre mutantes y humanos habrían sido un punto clave de la trama, mucho más después de la llegada de Dark Fenix.

 

 

Dark Fenix, ya de por sí, fue un gran error, ya que en lugar de culminar la nueva era de X-Men, como se esperaba, Simon Kinberg hizo poco más que volver a adaptar la trama de X-Men: La batalla final 

. Eso sí, incluyó a unos villanos extraterrestres, liderados por el personaje de Jessica Chastain, que no son Skrull... pero lo parecen.

 

La raza antagonista llega a la Tierra persiguiendo a la Fuerza Fénix y con intención de buscar un nuevo planeta en el que refugiarse. Son verdes y cambian de forma, pero no son Skrull. ¿Por qué? Pues porque ese mismo año el UCM lanzó Capitana Marvel, donde si aparecen los extraterrestres cambiaformas. Por motivos de derechos, X-Men se quedó sin los Skrull, y optaron por un sucedáneo que, en comparación, parecen su marca blanca.

 

 

Uno de los temas más difíciles de explicar en la saga X-Men es la muerte y resurrección de Charles Xavier. Pese a que en X-Men: La batalla final es, literalmente, desintegrado por Jean Grey, en Días del futuro pasado vuelve a aparecer con plena capacidad de poderes. ¿cómo es posible?

 

En el DVD de X-Men: La batalla final, se explica que en realidad no es Charles Xavier, sino un hermano gemelo con sus mismas habilidades. Pero, incluso si consideramos ésta forzada explicación como canon... ¿cómo se explica que el 'hermano gemelo de Xavier' también utilice silla de ruedas? Sea como sea, no tiene ningún sentido, y menos aún su aparición en la crepuscular Logan, que a día de hoy debe tomarse como un universo paralelo.

 

 

A lo largo de las 12 películas de la franquicia mutante han aparecido numerosos personajes de los cómics que han cumplido su función y luego... ¿han desaparecido? Y lo curioso es que muchos de ellos han sido los mejor adaptados al cine desde las páginas de los cómics.

 

Es el caso de Sapo o Dientes de Sable, que no volvieron tras X-Men (fueron reciclados con bastante desatino para Primera Generación y Orígenes Lobezno respectivamente), o el carismático Rondador Nocturno de X-Men 2. Alguien del que nunca más se supo (hasta Apocalypse), o Juggernaut, que volvió con nuevo diseño para Deadpool 2.

 

Y por desgracia no son los únicos. Emma Frost (Primera generación), Banshee (Primera Generación) o incluso Gámbito (Xmen Orígenes) han aportado su granito de arena a la franquicia, para luego desaparecer sin dejar rastro.

 

 

Y qué decir de los distintos trajes que han lucido los miembros de X-Men a lo largo de las diferentes películas. Desde trajes de cuero que recuerdan al motorista fantasma a trajes de vuelo amarillos, pasando por extrañas pseudoarmaduras futuristas. Muchos atuendos, y ninguno fiel a los cómics.

 

El colofón a este hecho llega en X-Men: Apocalypse cuando, tras siete películas, vuelve a hacerse hincapié en unos nuevos trajes de vuelo. ¿Tan difícil es ser fiel al atuendo original y característico de los personajes? Los fans siguen soñando, tras la escena alternativa de Orígenes Lobezno, ver al viejo Logan con su mítico traje de lycra amarilla y negra. Algo con lo que hasta Cíclope se permite bromear en X-Men.

 

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