La desconocida vida de Georgina Rodríguez antes de conocer a Cristiano Ronaldo: ¿Una fórmula millonaria?

La vida de cenicienta solía verse tan solo en películas de fantasía, sin embargo, en ocasiones, puede quedarse en la vida real. Así fue para Georgina Rodríguez, la actual pareja de Cristiano Ronaldo, quien después de verla en una tienda de lujo se enamoró a primera vista de la llamada dependienta.

Rodríguez nació en Buenos Aires, Argentina, en 1993, sin embargo pasó la mayoría de su vida en España. Su madre es originaria del mismo país europeo, mientras que su padre es argentino. También pasó su vida en Londres, donde trabajó como niñera posterior a culminar sus estudios secundarios.

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La joven contaba con una gran pasión, el ballet, incluso asistió a clases de danza clásica y fue parte del Joven Ballet del Pirineo. En su regreso a España en 2016 empezó a trabajar en una tienda de Gucci (sí, la misma donde conoció a CR), sin saber que gracias a esa común labor, su vida daría un cambio rotundo.

Trabajó en aquella tienda de lujo durante ocho meses, y tiempo después se cambió al local de Prada en El Corte Inglés. En cuanto a estudios, en 2018 obtuvo un título en el Curso de Contabilidad Práctica del Centro de Estudios Financieros de la Universidad a Distancia de Madrid.

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La hispana tenía un sueño, laborar en el comercio minorista de lujo. Tras haber crecido en una zona rural de España, las clases de ballet comenzaron a considerarse "muy caras" para su estado financiero, su salario era de aproximadamente 250 libras por semana (310 dólares), y compartía un pequeño departamento con más personas.

En su reality de Netflix, la modelo recuerda no poder pagar "ni el aire acondicionado ni la calefacción".

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A mediados del 2016 la argentina sentó bases amorosas con el exitoso futbolista, aún así no confirmaron su relación hasta 2017, es decir un año después, época en la que tuvieron a su primera hija Alana Martina (noviembre).

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Para aquel tiempo, la relación de ambas personalidades empezó a ser de interés mundial.

"Fue un jueves de verano. Trabajaba en Gucci. Me tocaba salir a las 5 y me llamó un compañero que me quedara media hora más para atender a una clienta. Cuando estaba saliendo de la tienda apareció un hombre guapísimo de casi dos metros acompañado de un niño y de un grupo de amigos. Guapísimo. El niño me saludó muy educado y se rió", contó la propia Georgi.

"Empecé a sentir cosquillas en el estómago. Y pensé: ¿Qué me pasa? No quería ni mirarle, tenía mucha vergüenza".

El primer encuentro fue característico de una novela. El amor a primera vista que tanto se conoce es idealizado por la joven pareja que continúa sobrellevando hechos controversiales, mismos que en ocasiones los ponen sobre una cuerda floja, una que hasta el momento, no se rompe.

"Fue un momento de un click y me quedó en mi cabeza, es la pura verdad".