Goro Miyazaki advierte sobre los límites de la IA: Nada puede replicar la esencia de mi padre
En medio de la reciente oleada de imágenes generadas por inteligencia artificial que imitan el estilo visual de Studio Ghibli, Goro Miyazaki, hijo del legendario Hayao Miyazaki y actual director general del estudio, ha alzado la voz para defender el arte tradicional de la animación.
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En una entrevista exclusiva con la AFP, el cineasta de 58 años reconoció el avance imparable de la tecnología, pero subrayó que la esencia humana detrás de las obras maestras de Ghibli es irreplicable.
El reciente lanzamiento del generador de imágenes de ChatGPT ha inundado internet con ilustraciones que emulan el estilo característico de Ghibli, desatando debates sobre derechos de autor y el futuro de la animación.
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Aunque Goro admitió que es probable que pronto surja una película hecha con IA, cuestionó si el público realmente desearía consumir ese tipo de contenido.
"No sería sorprendente si, dentro de dos años, hubiera una película hecha completamente a través de IA" [...] "Pero si el público querría ver una animación totalmente generada por IA es otro".
Goro habló desde el atelier de Ghibli en Tokio, un espacio donde su padre, Hayao Miyazaki (83 años), e Isao Takahata (fallecido en 2018) crearon mundos llenos de magia y melancolía.
Goro, destacó que lo que hace especia a la obra de Miyazaki, es que suele estar dirigido para niños, pero que cuenta con elementos sombríos que atraen a los adultos, y esto se consigue gracias a que Hayao e Isao son parte de una generación que conoció la guerra, con un "olor a muerte" que impregna sus obras y se entrelaza con la belleza, explicó Goro.
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Este contraste, presente incluso en cintas aparentemente inocentes como Totoro —que explora el miedo a la pérdida—, es lo que, según Goro, hace únicas las películas de Ghibli. "Para los jóvenes que crecieron en paz, es imposible replicar esa perspectiva. No se trata solo de técnica, sino de vivir lo que se cuenta", añadió.
Con Hayao Miyazaki en la última etapa de su carreras, Goro reflexionó sobre el destino del estudio. "Si ellos ya no pueden crear, ¿qué pasará? No son reemplazables", admitió.
Aunque la IA y las herramientas digitales podrían ayudar a suplir la escasez de animadores en Japón —un problema agravado por los bajos salarios y la falta de interés de las nuevas generaciones—, Goro ve en la tecnología un arma de doble filo: