Yo no era un hijo deseado: el despertar de Andrés Parra, más allá de El Patrón del Mal
Andrés Parra, 46 años, colombiano y actorazo. Un sinnúmero de obras, papeles y trabajos pesan sobre sus hombros. En la actualidad, si lo vemos caminar por la calle, casi que automáticamente le pediremos una foto. Su presencia es imposible de ignorar -o al menos, para los seguidores de su trabajo-.
Sin embargo, un día dejamos de verlo en la televisión, un video de un supuesto despertar se viralizó en redes sociales como Facebook y TikTok. El Andrés que tanto admirábamos desnudó su alma a miles de usuarios que, después de su confesión sobre el sentido de la vida, lo empezaron a elogiar aún más, dándose cuenta de que, incluso las estrellas que más brillan, son seres humanos de carne y hueso, con los mismos -o incluso peores problemas- que nosotros.
Ahora, Andrés viajará hasta Quito, Ecuador, pero no para grabar telenovelas o series, sino para presentar su sesión de stand-up Venga que si es pa' eso (el show es el próximo viernes 19 de julio). Muchos lo entienden, otros no, lo importante es lo que existe detrás de eso.
¿Cómo se enlazó de alguna forma tu carrera como actor y ahora de stand-upper?
Yo creo que tiene que ver con el día que yo me di cuenta de que a pesar de la carrera tan bonita, del éxito y el conocimiento, seguía sintiéndome mal, intranquilo, inquieto, angustiado, vacío. Ahí empiezo a hacerme como preguntas, miro hacia adentro y a pillármela a ver por dónde.
La incómoda escena entre Lionel Messi y el actor colombiano Andrés Parra
Digo 'no marica, esto la gente debería saberlo, ¿qué tal que yo no sea el único que se sienta así?', empiezo a compartir unos videos solo con esa intención, y veo una reacción gigante, mucha gente identificándose, ahí digo... soy actor, hice teatro, ¿cómo expreso yo esto?
"Llegué al momento de mi carrera en que dije 'okay, ahora sí tengo algo para decir'".
¿Fue un día en el que te diste cuenta de todo, o se derivó tras una acumulación de varios momentos?, ¿cómo fue ese despertar para ti?
Fue una acumulación de sufrimiento y de miedo, se fue acumulando, y hay un momento en que uno se estalla. Yo sufro el estallido, todo se rompe, todo se cae, esa vida que yo había construido, esa ilusión, se me derrumba en frente, toda, fue una implosión, y a partir de ahí viene el cambio.
"Yo digo que el precio que hay que pagar para liberarse es estar dispuesto a perderlo todo. Yo no es que estuviera dispuesto, es que lo perdí. Ahí me libero".
¿Cómo podrías explicar 'Venga que si es pa' eso', a las personas que no comprenden este nuevo proyecto?
Venga que si es pa' eso es un ejercicio de escritura en el que yo comparto todo mi tránsito a raíz de mis traumas infantiles, pero desde el útero ¿me entiende?, porque desde ahí las cosas empezaron a salir mal.
Yo no era un hijo deseado, yo llegué muy tarde a mi casa, nací, me adelanté, nací donde no tenía que nacer, en otra ciudad. Mi llegada al mundo fue muy caótica. Ajustarme al mundo fue muy difícil, entonces empieza usted a tener traumas de abandono, de rechazo, de un montón de cosas de las que yo vengo hacer conciencia grande.
"Construí una personalidad para defenderme del mundo, para encajar, agradar y no estorbar".
Van a ver ese tránsito, ese viaje, aquello fue lo que me convirtió en actor. Yo me vuelvo actor por una necesidad de escape, no por una cosa de querer likes o ser famoso, yo no entro al teatro, por eso, el teatro es una decisión inconsciente, de escape, de no querer estar un poco aquí, de alguien que me cubra y me cuide, que son mis personajes.
Se van a encontrar con un espectáculo muy divertido, yo me burlo de mi tragedia, es una de las pruebas que yo tengo de que la herida ha sido sanada, yo creo que el humor viene normalmente a mostrarnos eso.
"Cuando usted ya se puede burlar de un hecho muy traumático, estamos hablando de una herida que sanó".
¿Tú consideras que existe la fórmula perfecta para aprender a lidiar con nuestras pasiones, y que estas no se conviertan en nuestro mayor enemigo?
Yo creo que si hay una fórmula, creo que el universo está buscando todo el tiempo que la logres encontrar. Lo que pasa es que la fórmula duele mucho, y estamos en una sociedad anti-dolor y anti-tiempo, "no quiero que me duela y no quiero que se demore, quiero estar bien ya y no me puede doler", pero resulta que el dolor es un vehículo muy importante de transformación.