Un repaso por la vida de Juan Gabriel, el divo de Juárez
La fuerza de su voz y sus interpretaciones lo situaron en el podio de los más grandes.
Latinoamérica está de luto. El cantante mexicano falleció este domingo. Alberto Aguilera Valadez, como se llamaba verdaderamente, era uno de los cantante más reconocidos de su país. Conquistó Latinoamérica desde muy joven. La fuerza de su voz y sus interpretaciones lo situaron en el podio de los más grandes.
Juan Gabriel, el prolífico compositor e intérprete mexicano, murió a los 66 años a causa de un infarto.
“El Divo de Juárez”, como fue conocido, fue muy hermético en cuanto a detalles de su vida privada; sin embargo, en los últimos años fueron frecuentes las versiones de que padecía serias enfermedades.
Alberto Aguilera Valadez, nombre real del artista, nació el 7 de enero de 1950 en Parácuaro, en el occidental estado de Michoacán. Fue hijo de Gabriel Aguilera Rodríguez y Victoria Valadez Rojas, y el menor de 10 hermanos.
Su infancia transcurrió en condiciones de gran pobreza y marcada por la tragedia, ya que cuando tenía sólo tres meses de nacido, su padre sufrió un severo accidente que le provocó una crisis nerviosa. Gabriel Aguilera tuvo que ser ingresado en “La Casteñeda”, un famoso hospital para enfermos mentales que operaba en la Ciudad de México.
Mientras unas versiones aseguran que el padre de Juan Gabriel murió, otras indican que escapó. Lo cierto es que ese episodio de su vida, llevó al compositor a escribir “De sol a sol”.
Las penurias se agravaron con la pérdida del sostén de la familia, así que la madre del pequeño Alberto salió de Michoacán para dirigirse al norte del país, a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el compositor creció.
La muerte de su madre, en 1974, marcó al compositor. A ella, dijo en repetidas ocasiones, dedicó uno de sus mayores éxitos “Amor eterno”.
Desde muy joven, a los 13 años, quien se convertiría en uno de ídolos de México dio muestras de sus dones en la composición. “La muerte de un palomo” fue su primera canción.
A los 15 años empezó a ganarse la vida cantando en bares de Ciudad Juárez, como el Noa Noa, que años después inmortalizaría en una canción que ha puesto a bailar a millones.
Las cosas, sin embargo, no marchaban bien en la fronteriza y conflictiva Juárez, así que Alberto Aguilera Valadez tomó su guitarra y mudó a la ciudad de México, donde enfrentó el rechazo, la intolerancia y la discriminación por su supuesta homosexualidad.
De hecho, el rechazo hacia su persona fue tal que estuvo preso durante un año debido a una acusación de robo que resultó falsa.
Pero en 1968, ya libre, inició una época diferente en la que los éxitos empezaron a llegar y eligió como nombre artístico Juan
Gabriel. Ya con su nueva personalidad, lanzó “No tengo dinero”, tema del que se vendieron más de 20 millones de copias.
A lo largo de su prolífica carrera en el mundo de la música, Juan Gabriel ha grabado temas en los más diversos géneros, desde baladas hasta ranchero y norteño.
Además, como productor impulsó la carrera de diversos intérpretes como las españolas Isabel Pantoja y Rocío Durcal, quien gracias a las canciones de Juan Gabriel recibió el nombre de “La española más mexicana” mientras su trayectoria se enriquecía con el segundo aire que recibió.
Juan Gabriel obtuvo los más diversos premios y reconocimientos, entre los que están el Grammy y el Billboard; además de una estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood.
Juan Gabriel compartió micrófonos con algunos de los intérpretes más queridos por los hispanos: Juanes, Vicente Fernández, Marco Antonio Solís, Natalia Jiménez, Isabel Pantoja, David Bisbal, Alejandra Guzmán, Laura Pausini, Luis Fonsi, Antonio Orozco, Emmanuel y Natalia Lafourcade son sólo algunos de los 16 participantes.
“Los Dúo” llegó a refrescar la carrera de Juan Gabriel, quien en los últimos años sólo se limitó a ofrecer conciertos o espectáculos masivos.
Reacio a hablar sobre sus amores y sus preferencias sexuales, pese a que se le atribuyeron romances con varios hombres, Juan Gabriel acuñó una frase que se volvió muy popular: “lo que se ve no se pregunta”.
No obstante, dejó ver algo de su lado altruista al inaugurar y administrar una casa para apoyar a niños marginados y presentar a varios de sus hijos, pese a que ello favoreció la especulación sobre si eran adoptados o los habían sido procreados con alguna mujer.