Santiago Cruz y la Revolución de la Amabilidad: donde la filosofía se complementa con una canción
En un mundo donde la amabilidad parece ser un recurso escaso, el cantante Santiago Cruz busca promover un cambio positivo a través de gestos simples pero significativos. Su nueva canción, que lleva sobre los hombros esta filosofía, está ligada a su propuesta La Revolución de la Amabilidad.
¿De qué se trata la Revolución de la Amabilidad, y cómo nació esta propuesta musical?
¿De qué se trata la Revolución de la Amabilidad, y cómo nació esta propuesta musical?
Es una invitación a que seamos amables los unos a los otros, creo que bastante caos tenemos a nuestro alrededor, debido al estado político y social de nuestros países y regiones, de nuestro planeta, como para que entre nosotros no seamos amables por medio de una sonrisa, yo creo que esos pequeños hacen una diferencia.
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¿Crees que la industria musical debería unirse?
Nadie debería hacer nada que no quiera, creo que mucha gente, muchos colegas y artistas, por medio de sus canciones, proponen esto, de hecho antes estaba armando una playlist que se llama buena vibra, y me encontré con muchos colegas con este tipo de pistas, justo van por ese camino.
Sí creo que el poder de la palabra hecha canción es muy grande, creo que hay una responsabilidad en lo que hacemos a través de las canciones, por eso creo que sí importa lo que decimos, y cómo decimos lo que decimos.
Tu canción Que Tengas Un Bonito Día está interpretada a una velocidad de 128 bpm, ¿cómo se te ocurrió esto?
La música y su ritmo está construida por pulsos, a esos pulsos se les denomina beats, por eso beats por minuto. Una canción, una balada, por ejemplo, un caso de una canción mía, como Baja La Guardia que es un baladón, eso va por 70 beats por minuto. Cuando me enteré de ese dato que es extraído por la música electrónica, dije 'ey, si voy hablar de algo como la amabilidad, que bonito hacerlo, usando esta fórmula' donde supuestamente se conecta más fácil el beat de las personas.
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Vi que la producción estaba a cargo de Juan Pablo Vega, ¿cómo surgió genuinamente?
Eso tiene como punto de partida un acto de fin de año del colegio de mis hijos, en donde vi a un grupo de 8 o 10 años cantando la canción de Sebastián Yatra, divino, les salió espectacular, yo era 'Ay, que bonito sería que algún día cantaran una canción mía', lo pensé, típico artista envidioso.
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Entonces me di cuenta que no tengo suficientes canciones en mi repertorio que puedan ser cantadas por niños de 8 o 10 años, ciertamente no con ese carácter juguetón o infantil propio de la edad, ese fue el punto de partida, después lo junté con la Revolución de la Amabilidad, el cambiar nuestro día a día con estos gestos, y después lo uní con lo de los 128 beats... así fue que nació el génesis de la canción.
Vas a estar con Andrés Cepeda en Quito y en Guayaquil el 31 de mayo y 1 de junio, no es la primera vez que vienes acá, ¿qué crees que tenga de especial el público ecuatoriano?, ¡sé sincero!
Es una gente, yendo a la Revolución de la Amabilidad, la gente ecuatoriana es tremendamente amable, y eso viniendo de un colombiano es curioso porque nosotros somos muy amables. Pero el ecuatoriano es todavía más. Siento que en estos conciertos junto a Andrés, teniéndonos a los dos sobre el escenario, se va a disfrutar mucho.