La historia de amor entre Cinthya Coppiano y Agustín Prados
La actriz ecuatoriana y el psicólogo argentino-español cuentan detalles de su futura boda.
Como en todo preparativo de boda que se precio de serlo, los novios viven en una ajetreada carrera hacia su gran día: la recepción, los invitados, el bufet, el traje, los trajes, el fotógrafo, detalles, detalles…
En medio de ese revolú, la pareja abre un espacio para contarse y contarnos cómo van. En todo momento se intercambiarán miradas compinches y se cederán el paso, con medido y educado amor, para que conteste el otro.
La Del civil, Cinthya y Agustín prefirieron no adelantar mayores detalles.
Por ahora están viendo alternativas para la celebración que será en vía a la Costa. “Estamos viendo la temática, si ponemos banda. Tenemos que el domingo recién ir a conocer el lugar”, detalla, breve, Cinthya.
Los dos se miran y se ríen.
-Esa me la lanzas a mí, dice Agustín.
-Sí, mi amor. Ya, ya.
Más risas y miradas cómplices.
“Fue muy bonito, fue una forma muy natural. Yo tengo una agencia de publicidad y empecé a publicar videos. Da la casualidad que Cinthya vio uno y empezó una relación más profesional que otra cosa, cómo podemos hacer algo juntos, y eso llevó también a una amistad muy bonita que se fue desarrollando de forma…”
-Orgánica, completa Cinthya, con voz delicadísima.
“Orgánica, natural, espontánea a lo que es ahora. De forma rápida, pero de lo que estamos seguros es que estamos haciendo lo que tenemos que estar haciendo: estar juntos”, remata él.
“A mí me parece que los dos. (Cinthya asiente con la cabeza y suelta un “ajá”) Estuvimos en una situación en la que dijimos ‘esto ya no es una amistad, no suena a una amistad, no se nota como una amistad. Es algo más. Fue mutuo el tomar la decisión. No importa que no estemos juntos, estamos muy lejos, pero si estamos seguros de lo que estamos haciendo, vamos a estar juntos”, recuerda Agustín a ecuavisa.com.
Mientras se planeaba el primer encuentro de Cinthya y Agustín, “Pasábamos horas hablando”, agregá el novio.
Yo lo invito a Agustín porque hace 2 años me vi proyectada como coach y conferencista. Y quise hacer una conferencia, dije ‘me voy arriesgar’. Lo invito a él, ya éramos pareja, pero siempre hay el ‘qué va a pasar cuando lo vea’ y fue tan real y tan mágico y tan especial, como la primera vez que hablamos como amigos”.
Era muy bonito. Tú puedes proyectar lo que sea, pero al final cuando te conoces y pasas tiempo juntos es cuando dices ‘ah, todo lo que me contó era verdad’”.
En el momento de “Ahhh, tú, mi amor, tú cuenta porque tomaste la decisión 2 semanas antes de llegar a Ecuador para tu segunda conferencia”, se apresura la actriz.
“Cuando volví de Ecuador en febrero, me dije ‘tengo que hacer algo, tengo que dejar claro que voy en serio, que la distancia no dañe lo que uno piensa del otro. Estaba manejando y tomé la decisión: me voy a casar con ella. Al día siguiente compré el anillo y no se lo dije a nadie. 2- 3 semanas tuve ese anillo en mi casa, hasta que me subo a esa conferencia, digo mi discurso, la invito a que suba al escenario y le saco el anillo”.
-La cara de tu mejor amigo. Risas de Cinthya
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Más risas…
La también animadora de TV las termina y dice que nos va a contar algo. “Agustín es súper hermético, es un enigma, es súper reservado. Y cuando tuve la decisión, como toda mujer romántica, lindo, las películas que tú ves, ‘yo quisiera que me pidan así matrimonio’, pero superó las expectativas”.
“Y cuando yo lo vi arrodillado”. . “Eso no es verdad. Caminé. No, sí es verdad, Cinthya, sí es verdad”. “Yo comencé a llorar y a decir ‘no lo puedo creer’. Delante de todo el mundo me pide, en su conferencia. Él estaba de lo más relajado. Le dije ‘mi amor, tú estás perdiendo plata como actor’”. Agustín suelta una risa contenida, como un soplido.
“Y fue tan tierno, tan tierno. Y por supuesto que le dije que sí”.
En Cinthya siempre está latente su carrera profesional y su paso por la novela de “Sharon”. Comenta que fue un aprendizaje maravilloso y que la interpretación significó mucho en su vida laboral.
“Me ayudó a empoderarme, a que si estás pasando por algo difícil, yo tenía 2 salidas: o evolucionar o quedarme estancada y quejarme. Decidí evolucionar”.
-Perdona que me meta en esto, dispara Agustín. “Sería imposible que Cinthya dejara algo. Es una persona súper inquieta, que hace 1.000 cosas y es algo que admiro de ella y que no creo que deje de hacer nada de lo que estaba haciendo antes”.
En mayo ella termina sus clases y en junio se gradúa como coach y conferencista internacional. “Quiero ser motivadora de mujeres, me encantaría volver a hacer una revista familiar”.
“Cuando estaba grabando ‘Sharon’, me llamaron de Perú para grabar una película. Esa asignatura pendiente la tengo que resolver”, recalca la guayaquileña con un sonoro chasquido de sus dedos.
“Cuando quiero algo, voy y voy. No me importa si es que hay que tocar nuevamente una puerta”.
“Su carrera y la mía se complementan bien”, concluye Agustín.
Es el momento de las fotos para cerrar la entrevista. Y para los abrazos. Y para los besos. Cinthya y Agustín se desvanecen de tórtolos.