Cómo era el Porsche en el que murió Paul Walker
No era un automóvil para que lo condujera cualquiera. El Porsche Carrera GT en el que murió el actor Paul Walker era virtualmente un auto de carreras que se puede ver en la calle pero muy difícil de manejar.
El protagonista de la serie de películas de acción “Fast & Furious” (Rápido y furioso) falleció el sábado a los 40 años en la localidad de Valencia (norte de Los Ángeles), en California, cuando el auto en el que viajaba se estrelló contra un poste de luz y se incendió.
Del accidente se sabe poco. La policía continúa investigando sus causas. Las autoridades no lo han confirmado, pero la prensa local afirma que conducía el empresario y corredor de autos salvadoreño Roger Rodas.
Descartan que hubiera un segundo vehículo con el que estuvieran haciendo carreras, pero sospechan que la velocidad tuvo mucho que ver en lo acontecido.
Lo que sí se sabe es que iba a bordo de uno de los coches más rápidos y difíciles de conducir del mercado, el Carrera GT. Verdaderamente un vehículo “rápido y furioso”.
“Rabioso y brusco”
El Carrera GT se fabricó entre 2004 y 2007. Porsche vendió poco más de 1.200 unidades a un precio de casi US$500.000. Se trata de un descapotable de dos plazas capaz de pasar de estar parado a los cien kilómetros por hora en menos de cuatro segundos y llegar hasta 300 kilómetros por hora.
Su motor ubicado en el centro lo hace muy ágil en las curvas. Sin embargo, carece de control de estabilidad, un sistema electrónico muy popular en la actualidad que sirve para corregir la trayectoria del vehículo en curva.
Lalo Polaco, periodista especializado en motor de la edición mexicana de la revista Autobild, le contó a BBC Mundo que el modelo en que murió Walker “en su momento fue la punta de lanza de Porsche”.
“Era el auto insignia, la máxima expresión de desempeño entre los años 2004-2007. Ahora ese lugar lo ocupa el 918, más actual con un motor híbrido”, agregó.
Según Polaco, el Porsche Carrera GT era conocido por ser “rabioso y brusco”.
“Era sólo para quien tuviera manos por la falta de asistencia electrónica en la conducción”, explicó.
El sitio web TMZ publicó una circular enviada por el fabricante alemán a varios concesionarios de EE.UU. en 2004 advirtiendo de lo delicada que es la conducción del modelo.
El documento recomienda que quien lo maneje al menos consulte a la persona técnicamente preparada en el conocimiento del modelo.
“El Carrera GT es lo más cercano a un auto de carreras que se puede estar. Este vehículo tiene todas las desventajas de uno de carreras”, advierte al tiempo que señala los daños que puede sufrir si es manejado fuera de un circuito de competición: “Creánme, este vehículo no puede pasar por encima de una lata de cerveza”.
“Ágil, nervioso y hasta peligroso”
Cuando fue probado por el programa de motor de la BBC Top Gear, el Carreta GT fue el más rápido que jamás había pasado por su circuito, por delante del que se suponía era su competidor en el mercado: el Mercedes McLaren SLR.
Eso sí, a diferencia de su competidor, el Porsche fue descrito como muy complicado de domar. El presentador Jeremy Clarkson mostró los problemas que tuvo para hacerse con él que tuvo The Stig, el piloto profesional anónimo que hace las vueltas rápidas.
The Stig sólo hizo su vuelta rápida después de pasar una mañana entera perdiendo el control del vehículo una y otra vez.
Clarkson se mostró entusiasmado y lo describió como el “más excitante, más bonito, más caro y más veloz auto que Porsche jamás ha hecho”.
Una de las cosas que le gustó al periodista británico fue precisamente el “nervio” de un auto “ligero, ágil, nervioso y hasta peligroso”. Esa ausencia de asistencia electrónica para corregir los errores del piloto lo llevó a describirlo como un “superdeportivo desenchufado”.
“Tienes que estar bien despierto para manejar este auto a alta velocidad. No es fácil de controlar”, comentó Clarkson justo después de casi perder el control en el circuito de pruebas del programa.
Para Clarkson, el Carrera GT era más apetecible que su competidor de Mercedes, al que considera más aburrido por previsible gracias a la asistencia electrónica.
Claro que lo que puede resultar divertido para un conductor tan experimentado es precisamente lo que puede llevar a alguien con menos experiencia a perder el control.