Unas finales con aires de justicia
El fútbol nacional ha vivido semanas de incertidumbre porque los escritorios de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) parecían amenazar con opacar la esencia del deporte: la competencia se gana en la cancha. Afortunadamente se corrigió un error y con ello Independiente del Valle y Liga de Quito disputarán el título de campeón de este 2024 en finales de ida y vuelta.
Con la reciente decisión del Tribunal de Apelaciones de devolverle a Liga de Quito los tres puntos retirados por la Comisión de Disciplina, el desenlace del campeonato de Liga Pro 2024 recuperará la transparencia que la afición exigía.
La polémica surgió cuando la Liga de Quito argumentó haber cumplido con una obligación de pago dentro del plazo estipulado, pero que, debido a un problema de notificación, la Comisión de Disciplina le restó puntos esenciales en la tabla. Ahora, con el fallo a su favor y su paso a la final, el torneo respira un aire de justicia.
La restitución de puntos a Liga de Quito evidencia que la sanción inicial de la Comisión de Disciplina no tenía sustento legal.
El abogado de Liga de Quito, Juan Francisco Guerrero, hizo una revelación alarmante: "...en ninguna parte del reglamento dice que se deba notificar el pago".
Esto plantea una cuestión fundamental: ¿Cómo puede sancionarse a un club por una falta que no está tipificada? Un simple trámite burocrático no debía ser razón para despojar a un equipo de puntos, y mucho menos para generar caos en la competición.
La transparencia y la eficiencia en las decisiones de la FEF son esenciales para fortalecer la credibilidad del torneo. Casos como este afecta no solo a los clubes involucrados, sino también al prestigio del fútbol ecuatoriano ante los ojos del mundo.
El título de este 2024 estuvo en peligro y la FEF, que debe dar explicaciones, no únicamente a las partes involucradas, sino al público, ha guardado silencio.
El campeón se definirá en la cancha, como debe ser. Independiente del Valle y Liga de Quito han demostrado ser los equipos más consistentes y competitivos de la temporada. Ambos merecen un cierre digno, en el que se premie su desempeño en el terreno de juego.
Ahora, la pelota está donde siempre debe estar: en el campo, lista para decidir al campeón.