Pileggi se va, pero la crisis de Emelec continúa
La renuncia de José Pileggi a la presidencia de Emelec, comunicada a su directorio hace menos de 24 horas, marca un punto crítico para el club guayaquileño. Tras casi dos años de una gestión llena de controversias legales, desafíos deportivos y serias carencias administrativas, Pileggi opta por dejar el cargo.
Sin embargo, su legado de problemas no se podrá diluir tan fácilmente solo con su salida, y la llegada de César Avilés como su sucesor representa tanto una oportunidad como un enorme reto para salvar al Bombillo de la crisis actual.
Cuando Pileggi asumió la presidencia en noviembre de 2022, lo hizo bajo el peso de altas expectativas y la vara alta que dejó Nassib Neme, un dirigente que consolidó a Emelec en el panorama futbolístico ecuatoriano e internacional.
No obstante, desde el inicio, su gestión tuvo líos. La renuncia temprana de sus vicepresidentes, Jorge Bonnard y Marcelo Alvear, fue un primer síntoma de la inestabilidad que se convertiría en la constante en la administración de Pileggi.
Con ellos fuera del cuadro directivo, los pilares de apoyo para una renovación administrativa sólida se debilitaron, dejando a Pileggi sin una estructura capaz de enfrentar los desafíos de su mandato.
Deportivamente, el equipo sufrió una de sus peores temporadas en 2023, siempre cerca de la zona del descenso y sin obtener un cupo para torneos internacionales, algo inédito en los últimos 15 años para Emelec. Este año, como va la tabla de posiciones acumulada de la Liga Pro, parece que los hinchas del Bombillo volverán a ver esos torneos solo por televisión.
Este fracaso fue un golpe profundo para la afición, que se había acostumbrado a ver a su equipo competir en Sudamérica.
Otro hito en el fracaso de Pileggi en estos dos años ha sido la partida de figuras clave como el uruguayo Sebastián Rodríguez, el colombiano Alexis Zapata, los ecuatorianos Bryan Angulo, Miller Bolaños, Dixon Arroyo, Bryan Carabalí, Aníbal Chalá...
Pileggi dejó a la plantilla desprovista de referentes en el campo, algo intentó subsanar en 2024 con la llegada de Cristhian Noboa. Sin embargo, una lesión impidió que el Zar se sumara al plantel, dejando su inversión como un gasto sin retorno inmediato.
La situación empeoró con las sanciones impuestas por la FIFA y la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), que asestaron golpes administrativos y deportivos que afectaron tanto el rendimiento como la imagen del club.
La deducción de tres puntos en este 2024, por no informar a tiempo sobre el pago al exjugador Christian Cruz, evidencia la falta de una gestión cuidadosa y meticulosa de las obligaciones del club.
El panorama complicado para Emelec continuará aunque ya no esté Pileggi, pues a nivel de FIFA el cuadro millonario acumuló su sexta prohibición para registrar fichajes tras deuda con Hernán Torres.
Ahora, el desafío al que se enfrenta César Avilés es monumental. Hereda un club debilitado en el campo, que no puede hacer contrataciones en los próximos tres años, con un historial administrativo y financiero que exige una reconstrucción integral.
Avilés podría seguir el camino de Pileggi, pues esa papa caliente que tiene en sus manos es difícil de sostener. Se especula que podría haber una renuncia masiva o que se convoque a elecciones anticipadas para elegir un nuevo directorio.
Cualquiera que se haga cargo de Emelec deberá recobrar la credibilidad y restaurar una cultura de cumplimiento administrativo que devuelva al Bombillo la capacidad de competir en la élite.
Además, debe devolverle a Emelec la estabilidad institucional perdida, evitar más salidas inesperadas en su directiva y promover un proyecto deportivo de largo plazo que motive tanto a los jugadores como a la afición.
Su reto va más allá de los triunfos en el campo; implica una misión de regeneración institucional que requiere transparencia, liderazgo y, sobre todo, paciencia, porque aunque se consiga un músculo financiero, el daño ya está hecho y las consecuencias hay que asumirlas.
La imposibilidad de contratar refuerzos es una sanción que se debe cumplir a la par de saldar las demandas que en este tiempo se han presentado contra Emelec, que este año está nuevamente cerca de quedar fuera de clasificarse a un torneo internacional y de privarse por segundo año seguido de un importante ingreso económico.