Lucha contra la piratería: ¿Ven que sí se puede?
La reciente orden judicial de la Unidad de Garantías Penales de Guayas, que ha llevado a la suspensión inmediata de más de 180 IP’s que transmiten ilegalmente los partidos de la Liga Pro a través de la aplicación Magis TV, marca un paso importante en la lucha contra la piratería en el fútbol ecuatoriano.
Sin embargo, esta acción, aunque necesaria y bienvenida, llega con un cuestionamiento inevitable: ¿Por qué los proveedores de internet esperaron una orden judicial para actuar?
El presidente de Liga Pro, Miguel Ángel Loor, ha sido un ferviente defensor de la necesidad de erradicar la piratería en el fútbol, señalando que la transmisión ilegal es el principal enemigo económico de los clubes.
Los derechos de televisión constituyen la principal fuente de ingresos para los equipos, y la piratería socava este flujo vital de recursos.
La industria del fútbol ha sufrido golpes significativos debido a aquellos que se aprovechan ilegalmente de los derechos audiovisuales, perjudicando a los productores de contenido, es decir, los clubes.
Loor ha expresado en varias ocasiones la urgencia de proteger y revalorizar esta industria. Pero, ¿por qué los proveedores de internet han decidido unirse a esta lucha solo después de una orden judicial? Por una cuestión ética, ¿no debieron haber bloqueado esas IP's antes?
La postura reciente de los proveedores sugiere que hubo una complicidad pasiva, actuando solo cuando se les ha obligado legalmente a hacerlo.
¿Es posible que su inacción previa se debiera a la falta de un incentivo económico directo por parte de los actores del fútbol? Ahora que el nuevo dueño de los derechos de televisión de la Liga Pro ha incluido en el negocio a ciertos proveedores de internet, se nota que estos ya tienen un interés financiero en proteger las transmisiones. Antes de estar en el negocio, ninguna. No es una opinión, es un dato real. ¿Ven que sí se podía empezar a frenar la piratería?
Esta situación revela una realidad incómoda: los proveedores de internet, al igual que cualquier otro actor comercial, parecen actuar en defensa del bien común solo cuando sus propios intereses están en juego.
La piratería no es solo un problema legal, sino una cuestión ética que afecta a toda la industria del entretenimiento. La lucha contra la piratería debería haber sido una prioridad desde el principio, no solo cuando se convierte en un mandato judicial.
Cada vez que un hincha opta por ver un partido a través de una señal pirata, está contribuyendo al perjuicio económico de su equipo.
Es crucial reconocer y aplaudir los esfuerzos de la Liga Pro y sus dirigentes por proteger los derechos de transmisión y, por ende, la viabilidad económica de los clubes de fútbol.
Sin embargo, también es necesario cuestionar y exigir una mayor responsabilidad ética de los proveedores de internet. La piratería es un problema que afecta a todos los niveles de la industria, y su combate requiere la colaboración de todos los actores involucrados, no solo cuando hay una ganancia económica de por medio, sino por el bien de la industria y su sostenibilidad a largo plazo.
La reciente acción judicial es un paso en la dirección correcta, pero no debemos olvidar que la lucha contra la piratería es un esfuerzo continuo que requiere el compromiso y la responsabilidad de todos los actores implicados.
Es imperativo que los proveedores de internet mantengan su postura en contra de la piratería, no solo por obligación legal, sino por un compromiso ético con la industria del fútbol y sus aficionados.
Y aquí también un llamado de atención para el hincha: si usted ama de verdad a su equipo, no lo vea por señales piratas, haga también su parte y busque la manera legal de ver las transmisiones, así no solo estará haciendo lo correcto y lo honesto, sino que también le estará dando una mano financiera al equipo que tanto dice querer.
Hacer lo correcto y suscribirse a los servicios oficiales no solo fortalece la industria, sino que garantiza la continuidad y el crecimiento del fútbol que tanto amamos.
Solo con el apoyo consciente y responsable de todos, desde las autoridades y proveedores hasta los aficionados, podremos erradicar la piratería y asegurar un futuro próspero para nuestro deporte.