Las horas bajas del fútbol ecuatoriano
El fútbol nacional no está pasando por un buen momento. Esto es medible con la participación de nuestros equipos en torneos internacionales, donde solo un club está -de momento- sacando la cara por el país: se llama Universidad Católica.
Al resto le va mal. Barcelona se convirtió en el primer equipo eliminado de la Copa Libertadores y ahora solo puede aspirar al tercer lugar en su grupo gracias a que existe un rival que es peor, Cobresal.
En cuatro fechas de la Libertadores, Barcelona apenas tiene dos puntos, merced de dos empates que debían ser victorias, pero que no lo fueron por cuando dirigía Diego López y ganaba por la mínima diferencia al débil Cobresal y a Talleres, el mejor del grupo, replegó a cuidar el resultado y los dos se lo empataron sobre la hora.
El nuevo técnico, Ariel Holan, lleva apenas dos semanas en el cargo y era obvio que en una etapa corta, como la fase de grupos, y con el agua hasta el cuello, no iba a poder salvar la debacle de Barcelona, que tiene su origen en otro nombre propio, Antonio Álvarez.
El presidente no reconocido -porque no ha ganado una elección- dejó seguir a López cuando no lo merecía, incluso le extendió un contrato que lo terminó al mes, solo cuando se vio obligado por el Ministerio del Deporte y la FEF a participar en una campaña, sin ser la lista única para ver si ahora los socios lo eligen, entonces cambió al DT en un momento clave para salvar un semestre chimichurri, su propia expresión para referirse a algo de bajo nivel.
Liga de Quito e Independiente, los linajudos representantes ecuatorianos en torneos internacionales, también la están pasando mal. La U está último en su grupo y aunque es cierto que le restan dos partidos en la altura contra equipos del llano y si los gana puede clasificarse, lo que preocupa a los aficionados en el mal funcionamiento del equipo albo al mando del español Josep Alcácer, que llegó a un grande siendo un desconocido.
Basta con decir que ni credencial de la Conmebol tiene para oficiar como técnico y Adrián Gabbarini es el que tiene que dirigir a los futbolistas desde el rectángulo.
Pareciera un detalle menor, pero es una muestra de la improvisación que hay en Liga y aunque tampoco le gusta al presidente Isaac Álvarez que se lo digan, es de rescatar que al menos este dirigente acepta el debate y responde con mesura a sus detractores.
El IDV está en apuros. En su grupo solo Palmeiras, con 10 puntos, tiene la sartén por el mango. El resto de participantes tienen 4 cada uno, así que todo se decidirá en las dos últimas fechas.
Los del Valle, con el técnico Javier Gandolfi, se vienen desinflando en Copa y Campeonato. Hacen buenos primeros tiempos, pero terribles segundos 45 minutos y eso les está pasando factura.
Ante San Lorenzo, sin DT tras la salida de Rubén Darío Insúa, debían darle el golpe de gracia porque los argentinos llegaban últimos, con solo un punto, pero como dicen los futboleros de barrio, "revivieron a ese muerto" y ahora toca pelear hasta el final, sabiéndo que el IDV no dura con su ritmo los 90 minutos.
Al igual que Liga de Quito, Independiente tiene chances todavía de clasificar, pero el peligro de quedarse afuera es el mismo, se diría que un 50/50.
En la Sudamericana, Católica es primero de su grupo con 10 puntos, cuatro más que su escolta, el brasileño Cruzeiro, mientras que Delfín, en su llave, por ahora es segundo, con 5 unidades, tras empatar anoche con Belgrano, que tiene 6. Pero en este grupo el Inter de Enner Valencia tiene un partido menos y solo cuando se cumpla se sabrá la realidad de la tabla.
Por ahora el Delfín, debido a sus pésimos resultados en la Liga Pro, ya despidió a Guillermo Duró, así que eso refleja la realidad del club de Manta.
En todo caso, al menos por ahora y salvando a Católica, estamos viendo las horas bajas del fútbol ecuatoriano.