Lamine Yamal, el hijo de la migración que tiene a España a sus pies

Fue en la cancha de cemento del parque de Rocafonda, un barrio de migrantes, donde Lamine empezó a dar las primeras patadas a un balón antes de clavar goles en el ángulo de un arco en los mejores estadios de Europa.
El Barcelona rechazó antes de la Eurocopa una oferta de 250 millones de euros por el extremo Lamine Yamal.()
14 jul 2024 , 13:00
Juan Pinchao

Hablar de Lamine Yamal es el claro ejemplo de que la realidad supera a la ficción. ¿A algún talentoso e inspirado guionista del cine se le habría ocurrido levantar una película en la que un niño, hijo de migrantes, rompa récord tras récord en el mundo del fútbol, que haya recibido el ‘bautizo de Messi’ cuando era bebé y que ahora condujese a España a ganar un título continental?

Lo más seguro es que no y todo eso lo está viviendo Lamine Yamal, quien apenas este 13 de julio cumplió 17 años, en la víspera para disputar la final de la Eurocopa contra Inglaterra. ¿Qué hacíamos nosotros cuando teníamos 17 años? En mi caso, a esa edad, también llevé a ganar a mi país un título mundial de fútbol, pero luego apagué la Play Station.

Este domingo, toda España tenía puestas sus esperanzas en que Lamine les dé el título y así pasó. De los pies de Lamine salió el cento que terminó en el primer gol de España, obra de Nico Williams.

En los partidos previos ya había demostrado que cargar esas toneladas de responsabilidad para él equivale a levantar una pluma, mientras dibuja una sonrisa metálica por sus brackets.

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Los orígenes de Lamine Yamal

¿De dónde viene esa confianza y aplomo? Todo indica a que se lo forjaron sus padres. Lamine Yamal Nasraoui Ebana es hijo de padre marroquí y madre ecuatoguineana.

Nació en Esplugues de Llobregat en 2007, pero en un par de años sus padres se mudaron al barrio Rocafonda, en las afueras de Barcelona, uno de los sitios más pobres de toda España.

Rocafonda “se creó en los años 60 con el objetivo de acoger la inmigración de otras partes de España. En los 90, se disparó la llegada de extranjeros y, actualmente, casi la mitad de la población es marroquí”, explica el portal Culé Manía.

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Fue en la cancha de cemento del parque de Rocafonda donde Lamine empezó a dar las primeras patadas a un balón antes de clavar goles en el ángulo de un arco en los mejores estadios de Europa. Primero vio cómo jugaban su papá y primo. Luego, con las jugadas grabadas en su mente, las emulaba.

Una suerte de talento innato que no olvida sus orígenes, pues en los partidos usa botines que llevan las banderas de Marruecos y Guinea Ecuatorial. Además, cuando convierte un gol, acomoda sus dedos para graficar el 304, el código postal de Rocafonda.

El barrio despertó su talento y la Masía afinó su magia. A los 7 años fue acogido por la cantera de promesas del FC. Barcelona, equipo en el que ya ha debutado precozmente y como parte de su rúbrica ha ido batiendo récords.

Entre sus hitos constan: ser el jugador más joven en debutar con la Selección española; ser el goleador más joven del equipo nacional; ser el jugador más joven en jugar una Eurocopa; ser el jugador más joven en anotar en una Eurocopa. Quienes conocen a Lamine dicen que “él no conoce de límites”.

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La foto de Messi y Lamine

No es todo, en esta suerte de casualidades -¿o destino?-, Lamine Yamal tiene una foto de bebé con el mismísimo Lionel Messi. El momento fue captado en una instantánea en 2007 por el fotógrafo Joan Monfort.

"Eran fotos para un calendario solidario en el cual participan todos los jugadores del Barcelona, en una de ellas participa Messi, que hace diecisiete años no era, ni mucho menos el jugador superconocido que es, un calendario con la participación de UNICEF", recuerda el fotógrafo.

A cada jugador del Barcelona, en el que estaban Ronaldinho, Xavi, Iniesta y otros, le tocó un bebé para la fotografía. “Un guiño del azar” hizo coincidir a dos estrellas del fútbol: una que ahora está en el inicio y el otro en el final de su carrera.

A Messi le pudo tocar cualquier bebé, pero se le ubicó con Lamine, ¿coincidencia? Un cruce de destinos cuando Messi no era Messi y cuando Yamal no tenía noción de qué sucedía. Los entendidos del fútbol dicen que ese fue el bautizo de los dioses, el ungido por Lionel, pero el orgulloso padre de Lamine lo ve al revés. Fue su hijo quien bendijo a Messi en aquel baño para que el astro argentino brille en el fútbol.

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