El inexplicable Sánchez Bas
Si el partido contra Argentina forma parte de los preparativos de Ecuador para la Copa América, ¿por qué el técnico Félix Sánchez Bas decidió mandar a la cancha una alineación sin delantero?
La Tricolor viajó a Estados Unidos, donde se jugará la Copa América desde el próximo 20 de junio, ya con sus 26 convocados; es decir, estos tres partidos amistosos antes del debut (falta jugar contra Bolivia y Honduras) no son una oportunidad para “mirar” o “probar” algún nuevo elemento.
Por el contrario, estos son sus hombres elegidos. Y Sánchez Bas eligió jugar ante Argentina sin delanteros. Convocó a tres y no puso a ninguno. Como consecuencia, más allá de la derrota, Ecuador no tuvo remates a la portería rival en todo el partido. La estadística es clara: remates a puerta de Argentina, 4; remates a puerta de Ecuador, 0.
Sánchez Bas llamó a Enner Valencia, Kevin Rodríguez y Jordy Caicedo. Pero ‘Superman’ y ‘La Rola’ vienen de lesiones y no están al 100 %. En el caso de Caicedo, que no ha marcado goles en siete meses y aún así lo metieron en la lista para la Copa América, esta era la oportunidad para mandarlo a la cancha, pero el DT eligió poner a Jeremy Sarmiento como falso nueve y, como era de esperarse, fracasó en un puesto que no es el suyo.
Si no está el delantero titular (Valencia), lo lógico es que lo reemplace el suplente, pero como Rodríguez también está lesionado, la lógica sucesión era que aparezca el tercer delantero, pero si Sánchez Bas prefiere improvisar a Sarmiento, ¿entonces para qué fue convocado Jordy?
Argentina abrió el marcador a los 40 minutos cuando Rodrígo De Paul filtró un buen pase al área y Cuti Romero sacó a pasear a Piero Hincapié, improvisado por Sánchez Bas como lateral izquierdo.
Solo con un giro de cintura, Romero lo dejó fuera de combate al zaguero del Leverkusen y dio un pase preciso para Ángel Di María, que remató a placer, por bajo y en diagonal, ante la salida del arquero Hernán Galíndez, el mejor de Ecuador, aunque le duela al xenófobo Antonio Valencia.
Lo bueno del gol de Argentina en este partido preparativo era que había todo un segundo tiempo para saber cómo iba a reaccionar Sánchez Bas, qué cambios haría, pues Ecuador ya no podía conformarse con defenderse, sino que debía practicar la búsqueda del empate.
Empezó el segundo tiempo y no hubo cambios. Hincapié seguía perdido tirado a la banda izquierda, fuera de su posición habitual, que es el centro de la defensa. ¡Alguien debió avisarle eso a Sánchez Bas, por lo menos en el entretiempo!
Debían avisarle, también, que hay futbolistas especializados para cada parte del campo de juego; por ejemplo, el que mejor se estira y atrapa el balón con las manos, debe tapar.
Este ejemplo, que por obvio parece tonto, vale la pena para decirle a Sánchez Bas que si alguien sabe meter goles, debe jugar de delantero, no estar fuera de la cancha, ya sea en la banca o, pero aún, ni siquiera convocado.
En esa banda izquierda donde sufrió Hincapié vimos también improvisados a Alan Minda y después a Sarmiento, todos menos el único lateral izquierdo que convocó, Layan Loor, al que no le dio minutos.
Kendry Páez y Joao Ortiz son jugadores de buen pie, pero para eso se debía tener la pelota, como Ecuador no la tuvo, fueron intrascendentes. Y esto no es una apreciasión, dato mata relato, la estadística dice que Ecuador solo tuvo una poseción de balón del 35 % frente al 65 % de Argentina.
Para los 30 minutos finales, cuando Argentina había metido a Messi, Sánchez Bas puso a Carlos Gruezo para intentar cubrirlo, y a Enner Valencia, para ahora sí jugar con un delantero de oficio.
Pero la suerte ya estaba echada. Al Toño Valencia le duele ver como capitán de la selección a un extranjero como Galíndez, al resto del país le duele más ver a La Tri de Sánchez Bas sin ideas, estrategias ni atrevimiento; desperdiciando a nuestros talentos, que con toda razón deberían estar enojados porque un improvisado planteamiento los expuso al ridículo y los ha dejado mal vistos.