Un nuevo tuit de Lasso, ya para qué...

27 oct 2023 , 20:50
Carlos Rojas

La mañana de este viernes 27 de octubre quedó demostrado que Guillermo Lasso ya es un actor político de escasa incidencia. Ostentará el cargo de Presidente unas semanas más, pero sus anuncios calan muy poco en la agenda, salvo la ola de fuertes críticas que estos despiertan en las redes sociales.

Su discurso en la última ceremonia militar, hablando de inversión en equipos para las Fuerzas Armadas, apenas tuvo un registro secundario en los noticieros. Y lo que más incomodó fue su relato sobre las razones que llevaron al Ecuador al retroceso de los apagones, como si entre estos y los de 2009, en la época de Rafael Correa, no hubiese pasado más de una década.

El analista Pedro Donoso le dedicó al mensaje presidencial un trino inteligente: “Las soluciones (de Lasso) siempre en clave de futuro y las responsabilidades siempre en clave de pasado...”.

Duro mensaje para un presidente que reconoce la indignación del país por los cortes de energía y que para tranquilizarlo pone en diciembre y enero los meses tope para que el sistema alterno de generación térmica entre a operar. Es decir, hay que esperar ocho, nueve o 10 semanas más, suponiendo que el Estado será eficiente en la tramitología y los ajustes técnicos enormes que hay que hacer porque, precisamente, su gobierno postergó el mantenimiento y la más elemental previsión de un área sensible que puede hundir la economía y alentar aún más la inseguridad. Y ahí, el único culpable es él.

Quizás esté bien que el Mandatario, en primera persona, comunique el plan de acción, argumentando que “la crisis la superaremos juntos”. El problema es la poca credibilidad de sus anuncios, al punto de que estos, en lugar de generar certezas o debate público, solo inspiran los memes más ingeniosos que han terminado por destruir la imagen presidencial.

Hace dos días, en esta columna, se anticipó que el cierre del gobierno de Lasso no podrá beneficiarse del llamado efecto nostalgia, por la despedida de un presidente. Todo lo contrario, hay la urgencia de que el nuevo Gobierno asuma funciones porque ni los anuncios presidenciales tienen valor alguno.