Regla No. 1, no confiarse del clima
El Gobierno está a pocas horas de ser criticado, otra vez, por sus mensajes erróneos en torno a la terrible crisis eléctrica que afronta el país. En un ejercicio de transparencia, la ministra de Energía (e), Inés Manzano, advirtió este jueves que era muy probable que los cronogramas de corte de energía de seis horas diarias, previstos para la próxima semana, no se cumplan. Es decir, no se descarta que estos sean más drásticos.
Según la funcionaria había pronósticos alentadores de que volverían las lluvias. Y por ello el presidente Daniel Noboa se animó a hablar de menos horas de apagones.
Sin embargo, esta semana ha sido muy seca y calurosa, al punto de que el caudal que llega al Coca Codo Sinclair está en apenas 97 metros cúbicos y que el embalse de Mazar cayó, con 2.112 metros, al nivel más bajo y crítico de toda la crisis.
Se suma el hecho de la que la capacidad de generación térmica sigue siendo la misma de la semana pasada y se mantendrá así hasta bien entrado noviembre. En consecuencia, vendrán más días de racionamientos implacables.
No se puede criticar al Gobierno por la persistencia de la sequía, pero se equivoca cuando esta se administra con cálculo político.
En el afán de superar este momento complejo y desgastante, Noboa opta por vender alguna noticia optimista. Pero con el clima no hay cómo jugar ni dejarse sorprender.
Ya se han equivocado bastante. Semanas atrás, en POLÍTICAMENTE CORRECTO, el experto Gabriel Salazar dijo que los técnicos de Celec se confiaron de las lluvias de diciembre de 2023, lo que hizo que bajaran la guardia sobre la emergencia. Noboa se desentendió del tema y en abril vinieron los primeros apagones sorpresivos que derivaron en la salida de Andrea Arrobo. Ya en septiembre, el Régimen cayó en un nuevo estado de negación que le hizo más daño.
Seguir aferrándose al clima nunca será aconsejable; pero tienden a caer en el mismo error.
Es preferible que la comunicación oficial se concentre en anunciar certezas. Horarios de cortes de luz que, aun siendo pesados e insufribles, se respeten con exactitud para que la gente se organice en medio del infortunio.
Es bueno hablar de cotas de los embalses, megavatios, caudales, distribución de energía, porque así se educa al pueblo y, con el paso del tiempo, se entiende la magnitud del problema.
En ello, Manzano ha sido certera, clara y directa. En pocas semanas, ojalá, se pueda comenzar con el inventario de la nueva capacidad instalada de los generadores en tierra que, sin duda, serán una buena noticia.
El debate en torno al pico y placa energético para las industrias también es el adecuado, porque pone al país a discutir sobre aspectos propositivos.
En cambio, especular sobre las bendiciones de San Pedro, es una apuesta innecesaria que mina la credibilidad del mandatario y su capacidad para hacer frente a este desafío. Llegar a eso puede ser muy peligroso, porque recuperar reputación, en la esfera pública, es tarea de titanes.