La Fiscal tiene dos candados para blindarse en el juicio político
El pedido de Diana Salazar porque la Asamblea retome el trámite de juicio político en su contra tiene un objetivo clarísimo: que la moción de censura en su contra se vote antes de que Henry Kronfle renuncie a su condición de legislador y, por tanto, a la Presidencia de ese organismo. Es decir, antes del 2 de octubre, fecha tope para que el dirigente socialcristiano inscriba su candidatura a Carondelet.
Ese es el candado más importante con el que cuenta Salazar para enfrentar con mayor tranquilidad la interpelación. Caso contrario, el desenlace de este juicio se dará bajo la conducción parlamentaria de Viviana Veloz, quien será la nueva presidenta de la Asamblea hasta mayo de 2025.
Por eso, en los próximos días se verá mucho cabildeo, por parte del PSC y Construye, a fin de que se gestione rápido el proceso contra la ministra del Interior, Mónica Palencia, y que las fechas beneficien a Salazar, pues la embestida del correísmo puede ser implacable. Por ejemplo, volver a llamar a Ronny Aleaga para que intervenga como una suerte de testigo.
Ojo, que sea Veloz y no Kronfle quien presida la sesión donde se librará el juicio político, no significa que habrá los 70 votos requeridos para censurala.
De momento, esta cifra es muy difícil de alcanzarla porque la Revolución Ciudadana solo cuenta con 48 legisladores y, quizás, logre los cinco más de Pachakutik. Es decir, 53 voluntades. La aritmética parlamentaria no encuentra, por ahora, los 17 votos complementarios. El Gobierno, desde su bancada ADN, por ejemplo, ha ratificado el apoyo a Salazar.
El inicio de la campaña electoral es el segundo candado de blindaje con el que cuenta la Fiscal. Su nombre y la valoración que la gente hace a su gestión marcan una línea divisoria fundamental en la actual coyuntura, donde todos los grupos políticos, menos el correísmo, saldrán en su defensa si no quieren ser castigados por ciudadanía en las elecciones del 9 de febrero de 2025. Por eso la Fiscal dio el primer golpe de efecto al hablar de este trámite como un “narcojuicio”.
Luego de esa fecha, la reconfiguración del mapa político sí puede afectar a Salazar en caso de que, por ejemplo, el correísmo triunfe ampliamente en las elecciones.
Por estas consideraciones, a la funcionaria le es imperativo zafarse de una vez por todas del juicio político, para que su gestión, hasta abril de 2025, por fuera de su embarazo, transcurra sin sobresaltos y pueda avanzar con los casos Metástasis, Purga, Plaga, Encuentro, etc. Cabe recordar que las autoridades no pueden ser juzgadas dos veces por la misma causa.