La cárcel de Noboa va de un lado a otro

18 dic 2024 , 13:17
Carlos Rojas

Seguramente, la tensión en Archidona (Napo), por la construcción de una cárcel de máxima seguridad, iba a salírsele de las manos al presidente Daniel Noboa, a 20 días del inicio de la campaña. Por esa razón, el Gobierno desistió de ese proyecto.

Ceder casi nunca es una opción para el Mandatario y su gabinete. Esto se notó la semana pasada cuando, por ejemplo, dispuso la publicación en el Registro Oficial de la Ley que procura más controles al lavado de activos, ignorando la decisión de la Asamblea de archivarla durante el primer debate. Por eso llamó la atención que antes de que la crisis estallara por completo en ese cantón amazónico, Noboa ya contara con un polémico plan B: el pedido formal del alcalde de Salinas, Dennis Córdova, para que esa cárcel se construya en su jurisdicción.

Varios aspectos a tomar en cuenta:

1.- Santa Elena tendría, en apenas 100 kilómetros, dos cárceles de alta seguridad. Una de ellas es la de Juntas del Pacífico, con un avance del 30%, y la otra, que se edificaría en una zona rural de ese popular balneario de la península.

¿Hay algún estudio logístico y técnico que avale la cercanía de dos prisiones que impactarán, inevitablemente, en la convivencia de una región relativamente pequeña?

¿Por temas de seguridad nacional, infraestructura y emergencia cabe convertir a Santa Elena en un complejo carcelario?

¿Qué proyectos de inversión social, desarrollo económico lícito, inversión privada están en marcha para que los habitantes de Santa Elena puedan convivir con dos cárceles sin que las mafias que rodearán estos centros busquen contaminarlos?

¿Qué dice al respecto el Plan Fénix?

2.- Para nadie es un secreto que esta provincia es uno de los bastiones políticos más importantes del presidente Noboa. En la comunidad de Olón está su residencia particular y, hace poco, la primera dama quiso desarrollar un proyecto inmobiliario privado que concitó el rechazo de los habitantes por la ligereza con la que el Ministerio del Ambiente otorgó la licencia para intervenir en un bosque protegido.

Santa Elena fue además la jurisdicción con la que Noboa entró en la política, postulándose en 2021 para la Asamblea. Y ahora que es presidente con altas posibilidades de reelección, su peso político ha despuntado con fuerza. Por eso es totalmente legítimo preguntarse, ¿para quién juega el alcalde de Salinas, cuando dos concejales dicen que esta idea nunca se discutió el Municipio?

3.- En la extensa carta dirigida al ministro de Gobierno, José de la Gasca, Dennis Córdova se solidariza por la crisis desatada en Archidona y pone a consideración la opción de que el proyecto penitenciario se realice en el cantón que lidera.

Argumentos para ayudar al Gobierno no le faltan: que la cárcel se hará en una zona rural; que este proyecto generará mano de obra local; que dinamizará la economía de la zona; que el apoyo de Salinas permite que la política de Seguridad Nacional del Gobierno se convierta en un “punto de inflexión sin precedentes en la rehabilitación social del país”; que así se fortalecerá la seguridad estatal en la provincia.

Palabras más, palabras menos, las fuerzas vivas de Archidona están locas por haber rechazado semejante portafolio de infraestructura.

4.- Si se trae a colación toda la molestia que los diversos alcaldes de Cuenca han manifestado por convivir con la cárcel de Turi, tomando en consideración que es una de las ciudades con mayor desarrollo institucional, la euforia del Alcalde de Salinas se revienta como una pompa de jabón.

Qué decir de la permanente crítica de la hoy prefecta de Cotopaxi, Lourdes Tibán, por cómo la cárcel de Latacunga repercutió en la seguridad de buena parte de esa provincia.

5.- ¿Cómo tomar la predisposición de otros alcaldes: Sucre (Manabí), Muisne (Esmeraldas) y El Empalme (Guayas) en que la cárcel se erija en sus territorios? ¿No es este un síntoma de que el país necesita urgentemente de inversión pública y que para ello, lo de menos, es el impacto que puede generar una mega prisión?

6.- El tiempo dirá si el Plan Fénix es lo suficientemente maleable como para trasladar los proyectos penitenciarios de un lugar a otro en función de las alianzas políticas y no bajo una lectura integral de Seguridad y estrategia elemental del Estado. Y, sobre todo, si en la actitud solícita del Alcalde de Salinas y de otros tres dignatarios, en las últimas horas, pesa más una visión sólida sobre el futuro y la tranquilidad de sus pueblos, la desesperación por generar trabajo o puros acuerdos clientelares.