El súper poder de Pamela Aguirre

10 jul 2024 , 19:08
Carlos Rojas

Si esta noche, en el Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs) se tira abajo la nominación de Dunia Martínez, como presidenta del Consejo de la Judicatura, es por el enorme peso político que mantiene el correísmo en manos de la asambleísta Pamela Aguirre.

Su condición de titular de la Comisión de Fiscalización le permite ejercer una envidiable capacidad de presión hacia otras funciones del Estado, por el simple hecho de tramitar juicios políticos.

Y como los vocales del Cpccs, Juan Esteban Guarderas y Johanna Verdezoto tienen procesos abiertos, no sería de sorprenderse que la única manera para evitar su censura y destitución sea votando junto al correísmo, en la estratégica selección del nuevo presidente del Consejo de la Judicatura.

Lo que ocurrió en la Comisión de Fiscalización este miércoles es decidor. Pamela Aguirre le insistió varias veces a Andrés Fantoni, presidente del Cpccs, comprometerse a reconsiderar la votación con la cual, la noche del martes, se escogió a Dunia Martínez dentro de la terna de candidatos enviados por la Corte Nacional para dirigir la Judicatura.

El correísmo alegó que el trámite de votación fue atropellado, porque la consejera afín a esa tienda, Nicole Bonifaz, alegó que no se le permitió votar, cuando ella no estuvo conectada a la sesión.

Lo insólito de este entuerto es que, según denuncias de bloques legislativos como Construye (léase Santiago Becdach), Guarderas los apoya. Es decir, el ala noboísta del Cpccs, pues dicho consejero impulsó la causa electoral contra la vicepresidenta Verónica Abad, por supuesta campaña anticipada.

Guarderas se abstuvo el martes de votar por Martínez, que tuvo el respaldo del ala anticorreísta del Cpccs, con el voto dirimente del presidente Fantoni.

La idea, según se conoció del proyecto de resolución redactado para sacarla de juego, es que el tercero de esa terna, Mario Godoy, sea quien presida la Judicatura.

En este cargo, a diferencia de todos los insultos que correístas y noboístas se profieren, hay plena coincidencia entre esas dos fuerzas. Por lo tanto, la sensación de que la Justicia seguirá controlada por los grandes caudillos del país, penosamente, se volverá realidad.

Pese a que el Gobierno, con Valentina Centeno y Esteban Torres a la cabeza, denuncian de forma permanente el boicot del correísmo, no han logrado establecer una postura clara frente a cómo frenar el poder expansivo que sale de la Comisión de Fiscalización, la gran tajada que la Revolución Ciudadana logró captar, con la anuencia del PSC y Noboa, en noviembre pasado, bajo el argumento de garantizar una gobernabilidad que hoy más bien suena a chantaje y presión. Ya se verá cómo Pamela Aguirre despacha los juicios políticos contra Guarderas y Verdezoto. Aplausos.