A Noboa se le averió el Gobierno en la semana crucial
Si el Presidente de la República es una persona reflexiva, habrá aprendido, en las últimas horas, tres lecciones fundamentales de la política ecuatoriana que incidirán en los resultados de la consulta popular de este domingo 21 de abril.
La primera: en un país tan volátil como este, lo que funcionó la semana pasada puede que pierda consistencia en la siguiente. O, lo que es peor, que ya no tenga utilidad.
El regreso de los apagones, problema de gran calado en la ciudadanía, hará que la gente mire, con menos importancia e intensidad, la guerra diplomática con México, a propósito de la captura de Jorge Glas. Y como este señor ya está en la cárcel, es probable que para muchísima gente, este sea ya un problema superado.
Por lo tanto, Noboa se equivoca si, por ejemplo, dedica un mayor despliegue al mensaje del terrorismo y la corrupción que a explicar a los ecuatorianos por qué regresaron los cortes de luz y, lo más desgastante para él, por qué ocurrieron sin planificación ni respeto por los usuarios.
Esta semana, en la que el Presidente de la República y su gobierno debían reforzar el manejo de un mensaje esperanzador de cara al resultado de la consulta, tendrán que concentrarse en calmar la molestia de cientos de miles de personas y ver cómo se aplaca la incidencia de los racionamientos.
La segunda lectura: Noboa debe gobernar para 18 meses, no para cinco años y medio. La salida de Andrea Arrobo del Ministerio de Energía era una decisión que se había demorado en adoptar, dado los malos indicadores de su gestión: cayó la producción petrolera; no hay claridad en la agenda minera y las semanas sin apagones fueron producto de las lluvias, mas no de la reactivación de toda la infraestructura de generación que ya daba problemas desde la etapa final de Guillermo Lasso.
Pero Noboa, al sentirse seguro de una virtual reelección, ha descuidado el aquí y el ahora. Y en lugar de evaluar el trabajo de su gente cada día, ha pasado por alto demasiados errores de bulto que, para el corto tiempo de su mandato oficial, pueden ser demoledores.
No hay justificación para que el Régimen se haya dejado sobrepasar por los razonamientos, cuando el tema eléctrico debía ser, después de la seguridad y la crisis fiscal, la tercera prioridad en su despacho.
¿Cuándo evaluará al resto de ministros?
La tercera lectura: la alta popularidad es lo más efímero que tiene un Presidente de la República y, por lo tanto, hay que persistir en los objetivos de un gobierno con excelencia que fortalezca el respeto por su gestión y no, necesariamente, el culto a la imagen de un líder que, a ratos, puede proyectar temor y distancia.
Por priorizar la imagen y no la estructura de una gestión, obviando estas reglas, es que a Noboa se le averió el gobierno en una semana decisiva. Sin duda, aún conserva un enorme capital político, pero es indudable que los apagones de estos días lo trajeron de vuelta con un cable a tierra, para que palpe problemas impostergables que se deben solucionar con eficiencia.
Quizás, luego de la consulta, Noboa se dé un baño de realidad.