La ecografía, clave para detectar el hígado graso
El hígado graso es una condición que puede revertirse si se detecta a tiempo. El primer paso para identificarlo es a través de una ecografía abdominal, un procedimiento sencillo que debe realizarse como parte de un chequeo de rutina, especialmente en personas con sobrepeso o sedentarias.
Según el doctor Mario Leone, jefe de cirugía de Solca en Guayaquil, "los pacientes obesos o con hígado graso deben hacerse ecografías dos veces al año como mínimo".
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Una vez diagnosticada la enfermedad, los especialistas insisten en que es posible revertirla mediante cambios en el estilo de vida. Una dieta balanceada, pérdida de peso, ejercicio regular y control de los niveles de colesterol y presión arterial son fundamentales. Además, evitar la automedicación y el uso excesivo de antibióticos puede prevenir daños adicionales al hígado.
Los problemas hepáticos graves, como el cáncer de hígado, son silenciosos y, con frecuencia, se detectan en etapas avanzadas. La Sociedad Ecuatoriana de Oncología y médicos especialistas advierten sobre la creciente incidencia de cirrosis relacionada con el hígado graso, considerada el principal factor de riesgo para desarrollar hepatocarcinoma, un cáncer complejo de tratar.
El doctor Daniel Vargas, cirujano de Solca, explica que el trasplante de hígado es el tratamiento más efectivo para enfermedades avanzadas del órgano. Sin embargo, este procedimiento enfrenta múltiples barreras, como su alto costo, que oscila entre los 3 000 y los 50 000 dólares, y la dificultad para encontrar donantes compatibles. Esto refuerza la importancia de la prevención como la mejor herramienta para combatir estas enfermedades.
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Además de los cambios en la dieta y el ejercicio, los especialistas recomiendan mantener una hidratación adecuada y sustituir las bebidas azucaradas por frutas frescas.