Luis Lacalle Pou asumió formalmente como presidente de Uruguay
El líder del Partido Nacional (PN) logró desbancar del poder al Frente Amplio (FA).
El centroderechista Luis Lacalle Pou, quien se convirtió este domingo en presidente de Uruguay poniendo fin a 15 años de gobiernos progresistas, llamó a dejar de lado las ideologías en el Mercosur y anunció medidas inmediatas en seguridad, economía y medioambiente.
El líder del Partido Nacional (PN), quien logró desbancar del poder al Frente Amplio (FA, izquierda) con una coalición de cinco fuerzas políticas que van desde el centro hasta una derecha más radical, recibió la banda presidencial de manos del mandatario saliente, Tabaré Vázquez, en la céntrica Plaza Independencia de Montevideo.
Antes, prestó juramento ante el expresidente y actual senador José Mujica en la sede del Parlamento, donde pronunció un discurso en el que llamó a dejar de lado las ideologías en el Mercosur y enumeró las prioridades de su gestión.
"No debe importar el signo político de cada uno de los miembros del Mercosur", dijo Lacalle Pou, de 46 años, ante legisladores e invitados, sobre el bloque que el país integra junto con Argentina, Brasil y Paraguay.
Insistió además en su promesa de campaña de recortar el gasto público para reducir el déficit fiscal (4,6%), el más alto en los últimos 30 años. "Este gobierno tiene el compromiso de manejarse de manera austera, cuidaremos cada peso de los contribuyentes", señaló, asegurando que impulsará "una verdadera regla fiscal".
Con ese fin, anunció, se creará una nueva Agencia de Evaluación y Monitoreo de las Políticas Públicas.
Sobre la inseguridad, uno de los temas que impulsaron la derrota del FA, aseveró que el país se encuentra "ante una emergencia" y anunció que el lunes convocará "a todas las jerarquías policiales del país para darles instrucciones claras respecto a la estrategia" a seguir.
También se refirió al medioambiente, tema al que, dijo, jerarquizará con la creación de un ministerio específico.
Resguardándose de un ardiente sol con gorros y sombrillas, público de todas las edades acompañó el desfile de Lacalle Pou desde el Parlamento hasta la Plaza Independencia, donde se encuentra la sede del Gobierno y se realizó la transmisión de mando, lanzando vivas y agitando banderas.
Alrededor del edificio de la legislatura, jinetes que llegaron desde diferentes puntos del país esperaron la salida del mandatario entrante para escoltarlo hasta la plaza.
Entre ellos, Olga Armand Ugón dijo a la AFP que alquiló para la ocasión el caballo que montaba. "Me parece importante estar hoy", señaló esta artista plástica de 53 años.
Algunos vestían atuendos típicos, como Maximiliano Etchevarne, de 33 años, quien estaba ataviado como un "gaucho antiguo". "Que el campo esté acá dando una mano y apoyando está muy bueno", dijo este rematador público que estimó en unos 3.500 los jinetes participantes. "Hay gente de todos los bandos, esto es apolítico", agregó.
El entusiasmo generalizado contrastaba con los cánticos de un puñado de manifestantes contra los mandatarios de Brasil y Chile, al grito de "¡Fuera genocidas!". Junto a ellos, otro grupo de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos sostenía decenas de retratos de desaparecidos durante la última dictadura (1973-1985).
La marcha hasta la plaza transcurrió sin incidentes, mientras Lacalle Pou saludaba al público en las veredas que gritaba "¡Presidente, presidente!".
Uno de los primeros desafíos del nuevo gobierno será que se apruebe su propuesta Ley de Urgente Consideración (LUC), con 457 artículos sobre asuntos como seguridad, economía y educación. Este proyecto, que el Parlamento debería aprobar en un máximo de 90 días, ya ha generado protestas desde varios sectores y el anuncio de un paro docente para el 12 de marzo.
Incluso integrantes de la coalición formada por el PN, el Partido Colorado (PC, liberal), Cabildo Abierto (CA, derecha radical), el Partido de la Gente (PG, derecha) y el Partido Independiente (PI, socialdemócrata) han presentado reparos al borrador.
El mandatario anunció también su intención de implementar cambios radicales en política exterior, lo que se evidenció en las invitaciones cursadas para su investidura, de las que quedaron excluidos los presidentes izquierdistas de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Sí participaron, en cambio, los presidentes de Brasil, Colombia, Paraguay y Chile. También el rey Felipe VI de España, a quien Lacalle Pou agasajó el sábado con un asado en su hogar.
La salida de Vázquez, quien termina su segundo mandato (2015-2020), cierra tres gobiernos consecutivos del FA.
El ciclo progresista culmina marcado por la aprobación de sonadas leyes sociales -como la aprobación del consumo de marihuana, del aborto y del matrimonio igualitario-, pero también por el aumento de los salarios y jubilaciones, la ampliación del acceso a la salud, una fuerte baja de la pobreza y períodos de crecimiento récord del PIB.
Sin embargo, un último quinquenio con estancamiento de la economía, suba del desempleo y aumento de la inseguridad ayudan a explicar su derrota.
Tras recibir la banda presidencial, Lacalle Pou tomó nuevamente la palabra. "Vuelvan a sus casas", dijo al público. "Mañana arranca un gobierno que no va a descansar".
En tanto Vázquez, recibido en la puerta de su hogar ya como un ciudadano más por decenas de militantes frenteamplistas, los alentó: "Dentro de cinco años vamos a estar festejando".