Crisis carcelaria: el poder de las estructuras criminales dentro y fuera de las rejas

Por dos días seguidos, hubo disturbios en la Penitenciaría del Litoral en los que se usaron granadas. Un informe revela el poder y cómo operan las estructuras criminales en las cárceles y en las calles.
Por dos días consecutivos se han registrado enfrentamientos en la Penitenciaría del Litoral. ()
05 dic 2024 , 11:31
Annabell Verdezoto

Los episodios de violencia continúan en el sistema carcelario de Ecuador. El 3 y 4 de diciembre del 2024, un grupo de presos de la Penitenciaría del Litoral protagonizaron nuevos incidentes.

El primer hecho dejó 11 heridos tras la detonación de tres granadas y disparos con armas de fuego. Ecuavisa.com accedió al expediente judicial del caso, en el que se detalla que dos guías carcelarios presuntamente dieron los implementos.

La mujer habría facilitado la llave de la celda a uno de los reos, a quien el otro guía supuestamente le entregó una pistola. El recluso habría comenzado a disparar y otro, en cambio, activó las granadas.

Por este caso, los dos funcionarios y ocho presos fueron procesados. Al día siguiente, la tarde del 4 de diciembre, otras tres grandas detonaron.

Una persona privada de la libertad murió y otras seis quedaron heridas. Cinco de ellas registran antecedentes penales por secuestro y tráfico de drogas. Estaban en el ala dos del pabellón tres, correspondiente al del grupo criminal Mafia 18, según fuentes policiales.

Ambos incidentes sucedieron tres semanas después de una matanza que dejó 17 fallecidos en ese mismo pabellón. Allí, existe una disputa entre Mafia 18 y la organización delictiva Freddy Cruger, al mando de alias Cuyuyuy.

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Los episodios que ocurren en medio de una militarización en las cárceles del país desde enero del 2024. Y que dejan en evidencia que aún existe el ingreso de armas, municiones, explosivos, droga y más en los centros carcelarios donde el Gobierno aún no ha podido tomar el control.

El portal web especializado Insight Crime, publicó un informe detallado sobre la crisis carcelaria en Ecuador. El documento de 78 páginas revela cómo operan las estructuras criminales dentro y fuera de las rejas para disputarse el poder y el territorio.

Los hallazgos de la investigación afirman que las prisiones del país se habrían convertido en epicentro del crimen organizado. También que el aumento de la población hizo que despunten los negocios ilícitos dentro de las cárceles.

A eso se suma el crecimiento de las mafias carcelarias que han reclutado a grupos criminales menores en las calles. Según Insight Crime, así han establecido "eslabones en la cadena transnacional del envío de cocaína".

Los negocios ilícitos dentro de las prisiones en Ecuador

El portal web Insight Crime indicó que el poder de los grupos criminales dentro de las prisiones en el país surgió tras una convergencia de mafias, encabezada por Los Choneros y su entonces jefe José Luis Zambrano, alias Rasquiña, quien fue asesinado en 2020.

Esto supuestamente permitió que Los Choneros amplíen su poder tanto en los reclusorios como en las calles. Con dicho proceso, surgieron Los Lobos, Los Tiguerones y los Chone Killers. Así se transformaron en especie de proveedores de servicios para mafias colombianas, mexicanas y albanesas para el envío de cocaína.

Para 2019, inició la guerra de Los Choneros contra Los Lagartos. Una batalla que se traspasó a las calles debido al asesinato de cabecillas y contactos ecuatorianos con los cárteles mexicanos. Aquí también se sumó otra banda contraria: Los Lobos.

Desde 2021 las matanzas carcelarias han sido recurrentes. A escala nacional han dejado 459 asesinados en las prisiones de Ecuador desde ese año hasta diciembre de 2024. (Ver cuadro)

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El documento de Insight Crime detalla cómo funcionan las estructuras criminales y los negocios ilícitos. Por ejemplo, cuando una persona es detenida, supuestamente los miembros de las organizaciones delictivas empiezan a cobrar dinero para ubicarla en una celda.

Así iniciaría el sistema de extorsión dentro de las cárceles. Luego, se cobra cuotas por protección y comida. Los montos varían de acuerdo al perfil del detenido y quienes no tenían dinero, solo les quedaban como opciones aliarse al grupo que dominaba el pabellón, trabajar para ellos o ser golpeados y torturados constantemente.

Según los datos de un estudio realizado por el Centro de Investigación Etnológica Kaleidos, citado por Insight crime, una familia pagaba en promedio unos USD 251 mensuales por comida, limpieza y una visita al mes a un preso. Ese valor, multiplicado por la población carcelaria en 2021, de 38 mil reos, daban unas ganancias de entre USD 56 y 114 millones a las mafias.

Además, se suman costos por otros servicios que habrían facilitado las organizaciones delictivas como acceso a tecnología, drogas, licor, trabajadoras sexuales. Por ejemplo, en 2019, las mafias intentaron ingresar a la cárcel una ambulancia con licor, carne para asar y celulares.

El mercado ilícito de la droga, según la investigación, tendría un valor de USD 32 millones al año. Mientras que la venta de alcohol representaría unos USD 54 millones y los cigarrillos USD 19 millones.

El ingreso de objetos prohibidos continúa en el sistema penitenciario. El informe de Insight Crime puntualiza que a la estructura de las mafias se sumaría la corrupción tanto a nivel de guías como de policías.

Entre los artículos que más se incautan, además de armas de fuego y cuchillos, son celulares. Esto según los mismos reportes de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Los equipos permiten a los jefes criminales supuestamente seguir coordinando delitos como extorsión, secuestro, atentados y envíos de drogas en las ciudades.

El 8 de noviembre del 2024, dos presos fueron detenidos por extorsión. Habrían llamado a amenazar al administrador de un complejo en Daule.

La experta en seguridad, Katherine Herrera, sostuvo que "nunca se pudo obtener una intervención integral dentro del sistema penitenciario". Eso, según ella, ha ocasionado un impacto fuerte dentro de la dinámica del crimen organizado en Ecuador.

"Las cárceles dejaron de ser escuelas criminales para pasar a ser operadores del crimen organizado", Katherine Herrera.

Herrera comentó que esto es parte del resultado de "intervenciones no planificadas". También indicó que no ha existido un plan para desarticular las estructuras criminales dentro de las cárceles, sumando a la escasez de políticas de rehabilitación.

Las estructuras criminales dentro y fuera de las cárceles del Ecuador

Fuera del sistema penitenciario, las redes criminales inician con las denominadas élites corruptas y el narcotráfico. Ambas, según Insight Crime, están ligadas a los cabecillas de los grupos delictivos, quienes a su vez manejan bandas callejeras y carcelarias.

Alias Rasquiña habría constituido esta red, juntando a las organizaciones callejeras y carcelarias con Los Choneros, transformándolas en mano de obra para las élites.

Dentro de las prisiones, las denominadas mafias carcelarias también están estructuradas. Al mando sigue estando el cabecilla de la organización, seguido por el comandante de pabellón. Luego, está el denominado jefe de jaula y de ahí vienen los especialistas y miembros comunes que ocupan el mismo escalón, según el documento de Insight Crime.

Un organigrama similar se emplea en las calles. El cabecilla del grupo criminal controla a los jefes de zona. Estos a su vez tienen una persona de confianza al mando de cada barrio y estos controlan los denominados combos, que son grupos de jóvenes que forman la mano de obra.

Cada uno ocupa un rol por así decirlo vital, que permite al grupo criminal obtener los recursos económicos para financiarse. Las cárceles representarían una de las fuentes de ingresos más importantes para las mafias, según la investigación. Esto seguido del tráfico de drogas.

En esta última actividad, los grupos organizados cobrarían en kilos de drogas sus servicios prestados a cárteles mexicanos. Por eso, se ven obligados a crear células especializadas para coordinar los envíos fuera del país y trabajar las rutas. Mientras que a nivel interno, la cocaína se distribuye a traficantes callejeros, desencadenando el microtráfico.

Así mismo, las mafias seguirían buscando ampliar su red, mediante el reclutamiento de menores de edad. Los jóvenes serían buscados incluso en los planteles educativos o en los vecindarios, mediante ganchos culturales, música, lujos. Mientras que en las cárceles, los adultos serían presionados para formar parte de alguna estructura, convirtiéndose así, en una esfera criminal que va en aumento.

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