25 jul 2014 , 02:11

Ser parte del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil es más que un servicio

Ser parte del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil es una vocación que se ha mantenido por generaciones.

Ser parte del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil es una vocación que se ha mantenido por varias generaciones de familias ilustres de la urbe porteña.

 

El benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil comenzó con los hijos de algunas de las familias más ilustres de la urbe, una tradición que continúa. 

 

Martín Cucalón de Icaza, lleva siete años al frente de la institución, cuenta que proviene de una familia de bomberos. Su padre, Genaro Cucalón, ocupó también el puesto de primer jefe, así como su hermano Jaime, quien manejó la institución durante casi una década.

 

A los 19 años, Martín Cucalón ingresó a las filas del cuerpo de bomberos motivado por sus parientes, sobre todo por su madre.

 

Recuerda que el primer incendio al que asistió fue en una fábrica de electromésticos, ese día se dio cuenta de que su vocación es de bombero. Agrega que la institución está integrada por 1.500 voluntarios que trabajan las 24 horas.

 

En la lista de voluntarios de la casaca roja constan apellidos de larga historia como la familia Rumbea. Uno de sus miembros es la capitana María Mercedes Rumbea, se unió a la institución siguiendo una costumbre familiar, tanto su padre como su abuelo, el coronel Julio César Rumbea, pertenecieron a la institución.

 

María Mercedes Rumbea: 'Para las fiestas de julio, mi abuelo marchaba con su uniforme, entonces mi papá me llevaba al balcón, que daba al malecón, para verlo pasar. Son cosas que a uno le marcan, pero creo que todos lo considerábamos un trabajo para hombres”.

 

La capitana, quién se desempeña como ejecutiva de venta de bienes raíces, deja su traje de empresaria para ponerse el de bombera en la escuela de la institución, ubicada en la Prosperina. Enseña el uso de materiales peligrosos. 

 

A los ejercicios que realizan se unen su hijo y su sobrino, el suboficial Jaime Rumbea. Considera que la capacitación dentro y fuera del país es uno de los cambios más visibles del cuerpo de bomberos.

 

Queda demostrado que hablar del Cuerpo de Bomberos, es rememorar el Guayaquil de antaño y mirar con orgullo a la ciudad moderna. Para ser parte  de la familia bomberil, no solo hace falta ser valiente, es necesario contar con vocación de servicio.

 

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