02 sep 2014 , 11:40

(VIDEO) El abuelo aventurero más extremo del mundo lucha contra la ablación

Rüdiger Nehberg cruzó tres veces el Atlántico en solitario y hasta recorrió la selva Amazónica.

El abuelo alemán Rüdiger Nehberg atravesó junglas y océanos, se enfrentó a pitones sólo con sus manos y sobrevivió a 25 atracos, pero, a sus 79 años, no se plantea jubilarse, sino luchar contra la ablación, "la peor guerra civil de todos los tiempos".

 

Este trotamundos, símbolo del aventurero humanista, explica que tiene "dos o tres grandes cosas" en mente para apoyar su última causa: la lucha contra la ablación, práctica que califica como "la peor guerra civil de todos los tiempos [...] contra las mujeres".

 

"Oirán hablar de ello, será enorme", asegura este hombre atlético, con una prótesis en la rodilla y un audífono en la oreja, mientras enciende con un sílex un fuego en su propiedad de Rausdorf, cerca de Hamburgo (noroeste).

 

Nehberg, quien se imagina a su ángel guardián cubierto de moratones y con sus alas hechas añicos, fecha el inicio de sus aventuras a la edad de cuatro años, cuando durmió finalmente en un parque tras intentar en vano visitar a su abuela.

 

"Mucho más tarde, mi madre me atribuyó al menos una de sus dos úlceras", bromea este hombre de ojos brillantes, quien ha hecho de la búsqueda de las aventuras extremas "una filosofía de vida" que "enriqueció considerablemente" su existencia.

 

Aventura amazónica 

Aprendiz de panadero en los años 1950 y sediento de aventuras, "Sir Vival" recorrió Marruecos en bicicleta y se inició en el arte de encantar serpientes. Esta aventura marroquí fue la primera de una serie de grandes viajes en bicicleta y de una pasión, todavía viva, por los reptiles.

 

Para su primera gran expedición, Nehberg se planteó descender en barco el Nilo Azul, formidable río que se sumerge en los altos cañones de Etiopía y atraviesa desiertos repletos de bandidos. 

 

Aunque su primer intento fracasó en 1970, cuando la embarcación quedó atrapada por un árbol, el segundo fue un éxito. Cuando volvió por tercera vez para filmar a los cocodrilos gigantes, su amigo Michael Teichmann murió por el disparo de un bandido.

 

Tras esta tragedia, el entonces joven aventurero hizo suyo el lema de los Scouts "siempre listos" y empezó unos duros entrenamientos físicos, al tiempo que aprendía navegación, medicina, magia e, incluso, el arte de la evasión.

 

En base a esta nueva ciencia, escribió un 'best seller', "El arte de la supervivencia", que alimentó numerosos programas televisivos, y se convirtió en referencia para el ejército alemán.

 

En los años 1980, Nehberg partió en búsqueda de la tribu amazónica de los yanomami en una embarcación a través del río Amazonas, con una armónica para mostrar que no era un enemigo.

 

"De repente, tres aparecieron delante de mí con las flechas hacia abajo, lo que es buena señal", recuerda. "Era el momento que más temía desde hacía meses. Me preguntaba si el primer contacto acabaría con una flecha en el estómago", añade.

 

El Atlántico a bordo de un tronco 

Nehberg volvió al poblado, ya en calidad de invitado, para denunciar las fechorías de los buscadores de oro, quienes llevaron consigo enfermedades y contaminaron sus aguas.

 

"A partir de entonces, los viajes ya no eran un objetivo en sí, sino un medio para ayudar a las poblaciones en peligro", escribió un tiempo después "Sir Vival", quien montó expediciones cada vez más espectaculares para apoyar su causa.

 

En 1987, este hombre que asegura "temer el agua", atravesó el Atlántico a bordo de un patín de fabricación casera, posteriormente a bordo de un árbol o en una balsa hecha con bambú, hasta que Brasil consintió en el 2000 "una paz aceptable" con los yanomami.

 

A continuación, el aventurero volvió con su organización humanitaria, TARGET-Rüdiger Nehberg, a los lugares de sus antiguas proezas para construir clínicas, en especial, en la Amazonia y en África.

 

El actual objetivo de la organización es acabar con la ablación, "que deja 6.000 víctimas diarias y mata a numerosas mujeres desde hace 5.000 años", reitera el trotamundos.

 

Junto a su mujer Annette, Nehberg convenció a los responsables de la mezquita Al Azhar de El Cairo de atacar esta práctica en una fetua, antes de lanzar en los desiertos del norte de África sus "caravanas de la esperanza".

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