10 jul 2014 , 03:07

El vicepresidente argentino apela su procesamiento en caso de corrupción

Amado Boudou apeló hoy su procesamiento por presunto cohecho pasivo y negociaciones incompatibles.

El vicepresidente argentino, Amado Boudou, apeló hoy su procesamiento por presunto cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con su cargo, dictado el pasado mes por la Justicia, en el caso de la compra irregular de una imprenta de dinero.

 

La apelación fue presentada ante la sala I de la Cámara Federal en un escrito en el que Boudou acusa al juez del caso, Ariel Lijo, de no querer conocer la "verdad" ni interesarse por escucharle.

 

De acuerdo con el escrito, difundido por la agencia oficial Télam, el vicepresidente asegura que Lijo "ha forzado la prueba para acomodarla al relato" de los medios de comunicación que han ventilado el caso de la imprenta Ciccone Calcográfica.

 

Boudou insistió en que el juez ya tenía resuelto el procesamiento, dictado el 27 de junio, cuando lo citó para una declaración indagatoria.

 

"Por eso, porque ya resulta inaceptable la vulneración a todas las garantías y principios constitucionales por parte del señor juez, es que he decidido suscribir por derecho propio la presente apelación", sostuvo el vicepresidente.

 

Boudou declaró ante Lijo el pasado 9 de junio y luego pidió ampliar su indagatoria, para lo cual fue citado el viernes último, fecha en la que no se presentó ante el juez que investiga la compra irregular de la imprenta, presuntamente por parte del vicepresidente y de un socio en 2010, mientras Boudou estaba al frente del Ministerio de Economía.

 

"Este magistrado no quiso escucharme, o mejor dicho, necesitó no escucharme. Construyó un escenario falso en el cual aparentó otorgarme la posibilidad de formular mis explicaciones sobre la imputación", dijo Boudou en su apelación.

 

Según el juez, el vicepresidente argentino habría actuado junto a José María Núñez Carmona, empresario y amigo del funcionario, y a Alejandro Vandenbroele, de la firma The Old Fund, empresa que se quedó con la imprenta.

 

Lijo también procesó a los dueños de Ciccone, inicialmente testigos en el caso, por supuestamente ofrecer la cesión de acciones a cambio de ser salvados de la quiebra y de pactar contratos con el Estado para imprimir billetes y documentos.

 

Además, procesó a un exjefe de asesores del Fisco que presuntamente facilitó un plan de pagos para levantar la quiebra.

 

Según Boudou, para procesarlo Lijo usó dichos de "testigos interesados" en relación con el fundador de la imprenta, Nicolás Ciccone, y su yerno, Guillermo Reinwick, ambos procesados.

 

Para el vicepresidente, en la investigación judicial "se han cometido varios errores y omisiones, que al ser advertidos derriban toda la imputación que el señor juez ha construido" en su "contra". 

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