Así se vive el ambiente tricolor en Guayaquil

Guayaquil amaneció de tres colores: los vendedores, los compradores, los conductores, los ciclistas, los que bajan de los cerros, los que van a los trabajos, los que andan por las calles, todos. El partido es esta tarde, pero la ciudad se lo ha tomado en serio, nadie habla de otra cosa y solo se espera a que llegue la hora para manifestar de mil maneras distintas el aliento al equipo.

La Gobernación del Guayas cerró una calle para montar una tarima donde ahora hay una pancarta gigante del funcionario, pero allí habrá una pantalla para que quien quiera tambien pueda ver el partido. En la Alianza Francesa, quienes allí trabajan tienen las camisetas divididas, su director Philippe Libersa dice que es algo más, que tienen los sentimientos compartidos.

Francia puede tener uno de los equipos más efectivos del presente mundial, pero la gente está optimista, hay un clima que denota confianza y la ciudad está alborozada.

Es un fervor especial el que se vive en la ciudad, cientos, miles de camisetas amarillas recorren Guayaquil, todos esperan que ganen el partido y en las calles están creciendo las banderas.

En el corazón de la Bahía vive un personaje que nació en Francia, pero que lleva 50 años en el Ecuador. Se trata de Bernard Fougeres, quien tiene una sola expectativa. “Por estar 50 años aquí deseo ver ganar a Ecuador, es un rito, hay algo sagrado en eso, que mueve las masas, y si la gente se olvida de sus problemas mejor no puede ser”.

Amarillo ha sido hoy el uniforme en Guayaquil, se sabe que está difícil la cosa, pero el corazón va por delante y así nunca es posible la derrota.