01 feb 2015 , 11:14

La increíble historia de Kayla Montgomery, una corredora con esclerosis múltiple

Los doctores le detectaron esclerosis múltiple una enfermedad sin cura que paraliza todo tu cuerpo.

Siempre es difícil levantarse después de una fuerte caída, ahora imagínese lo duro que es para Kayla Montgomery, una joven con esclerosis múltiple, tener que levantarse cada vez que está en la pista de atletismo haciendo lo que más le gusta: correr. Su historia se dio a conocer en el 2014 como un ejemplo de coraje y autodeterminación. Hoy, ella sigue siendo símbolo de que la adversidad no siempre nos puede detener. 

 

 

Durante su adolescencia, practicaba el fútbol. Sin embargo, a los 14 años años, cuando iba a empezar a estudiar en la escuela secundaria empezó a sentir una sensación de hormigueo en los pies, siendo llevada al hospital para examinarla

 

El 10 de octubre del 2010, el doctor le informó a la familia que Kayla sufría de esclerosis múltiple, una enfermedad que no tiene cura y produce serios daños en la coordinación física y en los músculos. Una especie de corto circuito   en la comunicación nervioso de todo el cuerpo.

 

Luego de 8 meses  de llanto, lástima y agonía junto a su familia, Kayla no se derrumbó, pese a perder la sensibilidad en las piernas.

 

Tras dejar el fútbol, encontró a Patrick Cronwell, un entrenador de atletismo, quien la animó a correr, a pesar de sufrir de esclerosis múltiple y no sentir sus piernas.

 

La propia Kayla confesó a E:60 que al correr no sabe si sus piernas se están movimiento o si está yendo rápido.

 

Su entrenador reconoció que cuando se unió al equipo era una corredora promedio, pero al último año se convirtió en la esperanza de su escuela.

 

Al no tener control en sus piernas, cada vez que cruza la meta, su entrenador la espera y la auxilia. Kayla necesita mucho hielo en las piernas, ya que la esclerosis múltiple le produce demasiada sensación de calor.

 

“Creo que lo hago porque me hace feliz, me hace sentir normal y completa. Es difícil vivir con una enfermedad en la que tu cuerpo lucha contigo mismo. Cuando corro siento que lucho contra eso, siento que estoy  salvo por mí misma. Mientras pueda correr todo va a estar bien”, afirmó.

 

En la última carrera de 3,200 metros que defendería a su escuela y, por ende, con su entrenador, Kayla se cayó en la primera vuelta, pero tuvo la fortaleza de levantarse por sí misma y dar el encuentro al pelotón, para luego ganar la carrera.

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